Chau. Se nos va abril y, con él, treinta días ininterrumpidos de recomendaciones, notas, guías de compras y entrevistas que, desde distintos ángulos, nos dejaron acercarnos como nunca a nuestro bien amado tinto de bandera.
Pasó Michel Rolland diciendo que el Malbec es un milagro y que esta tierra era la única del planeta que podía elaborar una misma variedad tan bien en terruños tan amplios. También lo tuvimos al británico Tim Atkin eligiendo el trío perfecto de etiquetas de Malbec que te cuentan en poco lo mucho que puede contar.
Las bodegas estuvieron presentes, claro que sí. Enólogos de Viña Cobos, Catena Zapata, Casarena, Altos Las Hormigas, Clos de los Siete, Mendel y Bressia alzando su voz, y más de una treintena de Malbec que, desde Rio Negro hasta Córdoba, descorchamos en catas y descubrimos en recomendaciones.
Fueron días intensos de un tráfico superlativo por estos pagos. Durante este mes el blog fue visitado por amigos de Rusia, India, República Dominicana, Corea del Sur y Kazajistán (¡epa!), entre muuuuuuuuuuchos otros, que se hicieron presentes para leer lo que tenía nuestra uva para contarles. Pero el 70% del total llegó desde Argentina, y eso es muy bueno.
Pasaron la historia, su tierra, su copa y sus números y, entre todos ellos, llegamos a un mismo lugar: el Malbec es un fenómeno sin precedentes en el mundo ante el que solo podemos llenarnos de alegría por tener la fortuna de estar siendo parte de él.
Mucho trabajo, con esa sensación dulce que te queda después de haber cumplido holgadamente con el trabajo pautado. ¡Gracias a todos por haberse sumado y haberme acompañado así durante tantos días! Por mucho más Malbec, compañeros, y a celebrarlo todo el año.