Solo analizando la botella de vino podemos identificar un abanico de claves que anticipan qué vamos a beber. Calidad, precio, antigüedad, guarda. Sin siquiera descorcharlo, sí.
La botella de vino tiene una capacidad magnífica de decirnos un montón de cosas. Sin siquiera descorcharlo, es probable que mirando detenidamente la forma, el tamaño y el color del envase, podamos adelantarnos y anticipar qué esperar.
Anota entonces esta guía para entender su vocabulario.
El peso y el formato de la botella de vino
Primero que nada, pensemos en el peso y en esa sensación que nosotros, como bebedores seriales, tenemos al creer que a medida que suben los kilos, lo hace la calidad. Nada de eso es totalmente cierto y, aunque existe una tendencia a embotellar los grandes exponentes en botellas de vidrio grueso, hoy se prefieren más livianas y de fácil reciclaje. A medida que la tendencia busca menos intervención, materiales más amistosos con el medio ambiente y la posibilidad de contaminar menos y reutilizar más, las botellas livianas empiezan a ser más y más comunes incluso en la muy alta gama.
El formato es otro de los puntos a tener en cuenta. Básicamente la diferenciación llega de la mano de la altura de los hombros, en donde encontramos dos enormes grupos: las botellas borgoñonas (aquellas de hombros caídos y base ancha) y las de Burdeos (las de hombros altos y cuerpos cilíndricos). ¿Diferencia? Técnicamente ninguna y hoy la mayor parte de las bodegas escogen el formato de acuerdo a un tema puramente comercial.
La base de la botella
Dentro del formato no olvidemos la picada: esa hendidura cóncava en la base de la botella. Aunque su existencia se debe a varios factores, que esté presente no es necesariamente sinónimo de calidad del vino en cuestión. Este tema da para charlar, así que es tema de debate para en esta otra nota acá en el blog.
Tamaño y color
En cuanto a tamaños, aunque existe un infinito de variantes, el más reconocido es el de 750cc; las botellas más grandes son perfectas para las etiquetas de guarda, en donde la evolución se da más lentamente.
Finalmente, la elección del color tampoco es una decisión caprichosa. Es que los vinos son muy sensibles a la luz y corren grandes riesgos de oxidarse. La exposición directa a fuentes fuertes de iluminación son uno de los grandes problemas de guardas prolongadas y, por eso, cuanto más oscuro sea el vidrio del envase, más protegido estará su contenido.
Anotaciones listas, ya es hora de ahogar mitos y comprobar cuánto de todo esto se cumple en la góndola. Así que a comprar y disfrutar, que de eso se trata todo.
Si te gustaría conocer muchos más consejos para comprar vinos, te invito a que veas este artículo en el blog.
Y, mientras tanto, me encantaría leerte. Espero tus comentario con opiniones y cómo lo ves. ¿Algún tip que quieras agregar? ¡Te leo!
14 comentarios
Excelente Mariano como siempre, voy a hablar este tema en la radio como para desmitificar muchas cosas al respecto, obvio ud se llevará los créditos!!
Vaaaaaaaaamos Clau!
Hola Mariano! Muy interesantes todos los datos! Había escuchado que los hombros de la botella tradicionalmente eran para variedades con sedimentos, porque los contenían, mientras que las que no suelen tenerlos, como el Pinot, no las necesitaban, es así? Muchas gracias!
Absolutamente sí, lo he escuchado varias veces. Y no pareciera descabellado, aunque también es cierto que uvas del Ródano como el Syrah son bastante usuales en botellas de hombros caídos y, ahí, el sedimento es mucho más habitual. En cualquier caso, la verdad es que hoy está muy desdibujado ese uso, y la parte estética/comercial es la que cumple el rol preponderante, teniendo en cuenta que la conservación hoy es distinta y tenés formas de decantado para separar esos sedimentos… con lo cual si en algún momento la botella tenía esa función, hoy tampoco sería algo vital. Pero es un buen punto.
Gracias totales!
Eeeeesa!
Excelente explicación como siempre!!! Seguimos aprendiendo… MUCHAS GRACIAS!!
¡Gracias, Cristina!
Marianito, me conoces como fiel seguidora, todo sumamente claro… y obvio, te robo la expresión «LaPicada» ya que tremendas caras ponía yo en el negocio y ante un cliente cuando empiezan a tocar la parte cóncava y analizar su profundidad antes de decir esa palabra poco deseada.. jajaja…
Jajjajajaj técnicamente, decirle «picada» está muy bien. «El culo de la botella» suele quedar un poco grotesco jajajaja.
Muy bueno! Soy nueva en el mundo del vino. Una aprendiz serial!Muchas gracias!
¡Gracias, Analía! Bienvenida a bordo entonces!!!