UN VINO de Joanna Simon

UN VINO de Joanna Simon

Un espacio en MarianoBraga.com en el que destacadas personalidades de la gastronomía, la enología y la cultura en Argentina y el mundo nos cuentan sobre ese vino que les dejó una huella. Esta vez, Joanna Simon.

Joanna Simon es periodista de vinos británica

 

Creo que jamás podría elegir el vino más magnífico que he bebido en mi vida. ¿Cómo optar por solo uno entre etiquetas como el Domaine de la Romanee-Conti La Tâche 1952, el Huët Vouvray Le Haut Lieu Moelleux 1947, el Château Mouton Rothschild 1945, el Penfolds Grange 1953, el Vega Sicilia Único 1953, el Quinta do Noval Vintage Nacional 1931 o el Graham’s Port 1963?

Eso sí: hay vinos que alegran la vida por razones más allá de la calidad, que nunca discutiríamos. Uno de esos momentos sublimes para mí fue cuando bebí un joven Domaine Cauhapé Jurançon Sec, en 1989. Yo estaba de vacaciones con mi marido en el suroeste de Francia, y nos paramos a comer en un pequeño restaurante en la ciudad de Montauban. Era un día caluroso y los dos elegimos pescado, por lo cual busqué en la carta de vinos algún blanco seco local. No había muchas alternativas, y la mayoría eran de Burdeos, aunque estaba éste proveniente de Jurançon. Después de haber bebido anteriormente algunos pocos Jurançons secos, yo esperaba que fuese refrescante y un compañero decente para nuestros platos, pero no tenía grandes expectativas respecto de él.

Fue una revelación, un vino de precisión y claridad, con aromas cítricos intensos, sabor a membrillos y acidez vibrante. Desde entonces me ha encantado Jurançon.

Henri Ramonteu quien, según supe después, había llegado y replantado las viñas de Domaine Cauhapé recién a finales de la década de 1980, encabezó el renacimiento tanto de los vinos secos (predominantemente con la variedad Gros Manseng) como de los dulces de cosecha tardía a base de Petit Manseng.

 

Jurançon es una comuna francesa situada en el departamento de los Pirineos Atlánticos, al suroeste del país. Son apenas 1.000 hectáreas de viñedos las que se reparten en esta pequeña zona productora, y allí las cepas blancas son estrellas. Gros Manseng, Courbu y Petit Manseng es la trilogía que da vida a los vinos secos y dulces que hicieron conocida a la región, aunque es mayormente fuerte localmente: los vinos de Jurançon son muy difíciles de conseguir fuera de Francia.

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