Vinos del Líbano

Vinos del Líbano: la potencia vitivinícola del Cercano Oriente

Aunque hoy muestra un costado aggiornado en materia de vinos, Líbano carga sobre los hombros una larga historia y, hay que decirlo, el apoyo de la prensa mundial está ayudando a transformarlo en uno de los productores no tradicionales que prometen. Y mucho.

Darle un vistazo al abanico de uvas que integran la oferta de vinos del Líbano es, ni más ni menos, que ahondar en todas y cada una de esas variedades internacionales que conocemos todos; Cabernet Sauvignon, Tempranillo, Merlot, Viognier y Semillon son las constantes, que solamente se salpican de algunas viñas de Merweh, la blanca autóctona del país.

Y es que todas estas viñas fueron en su gran mayoría implantadas en los últimos diez o quince años, dando un vuelco de 180 grados a una tradición elaboradora de vinos que se remonta al año 7.000 antes de Cristo, siendo una de las regiones productoras más antiguas del planeta.

Y ellos también tienen ‘su Mendoza’. Así como en estas pampas la producción vitivinícola está concentrada con gran fuerza en la provincia cordillerana, en el Líbano existe una zona muy fértil 30 kilómetros al este de Beirut que se conoce con el nombre de Valle de Bekaa; ahí, los veranos secos y noches frías regalan condiciones fabulosas para el desarrollo de la vid.

Son provenientes de estos valles los vinos del país más afamados internacionalmente, con bodegas como Château Kefraya, Château Ksara o Château Musar (una joyita que tengo orgullosamente en mi carta de bebidas en Pampa Roja) encabezando los listados. Todas ellas elaboran blancos y tintos de muy buena aptitud que, gracias a un interesante apoyo de la prensa mundial, suenan fuertemente en los principales mercados importadores.

 

¿Resumimos con números?

Actualmente se estima un total de 14.200 hectáreas implantadas en Líbano, a partir de las cuales las 33 bodegas del país elaboran aproximadamente 6.000.000 de botellas cada año. El 75% de las casas vitivinícolas exportan sus productos al mundo. Su consumo per cápita es uno de los más bajos de Europa, y se ubica en 1 litro anual. El Valle de Bekaa, la región más famosa en cuanto a producción vitivinícola libanesa, está situado a 1.000 metros de altura sobre el nivel del mar. Los rendimientos son cercanos a las 5 toneladas por hectárea.

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