Ya con los resultados en mano, les cuento algunas de mis conclusiones después de catar los vinos sudamericanos 2013 para The International Wine And Spirits Competition (IWSC), el mayor concurso de la industria vitivinícola mundial.
Es como jugar en el Barça. No hay Camp Nou, es cierto, pero una silla en el exclusivo panel de experimentadísimos Masters of Wine y compañía que juzgaban nuestros vinos bien puede parecerse a un asiento VIP Palladium del gran estadio catalán. The International Wine & Spirit Competition (IWSC) simboliza las ligas mayores; jugar ahí es rodearse de Iniesta, Messi y Puyol, solo que acá el balón se embebe en tinto.
Se descorchan botellas de más de 80 países y, les juro, una buena performance en cuanto a resultados asegura que el mundo vea tus vinos como si fuesen rubios y de ojos celestes.
Era agosto y había llegado el momento de los vinos sudamericanos. Un par de semanas de catas en una fresca Londres (como para variar a pesar del verano) con el foco puesto en Argentina y Chile, pero también adobadas con México y Brasil. Dos paneles liderados por Masters of Wine con decenas de años de experiencia y, en el medio, mi entusiasmo y yo.
La dinámica es como en casi cualquier otro concurso internacional. Tandas a ciegas de vinos que, en este caso, ya venían servidos en las copas (para así evitar que el formato de la botella, aunque esté cubierta, pueda hacernos presuponer de qué se trata), y decenas de blends, Cabernet y demás para analizar en detalle.
Los resultados
Los resultados 2013 ya se dieron a conocer y la performance argentina tuvo sus altibajos. Por un lado la consistencia fue gloriosa, porque la enorme mayoría de los vinos presentados obtuvieron medallas. Lo agridulce viene de la mano de que no nos hicimos de medallas de oro, el máximo galardón. El vino argentino mejor puntuado fue el Finca Las Moras Gran Syrah 2011 (etiqueta que, humildemente y desde siempre, defiendo como el mejor exponente de la variedad en el país), cerrando el TOP 3 el Navarro Correas Reserva Cabernet Sauvignon 2010 (vinos que siempre pican en alto en las competiciones) y el Trapiche Extravaganza White Blend 2013 (un corte con mayoría de Torrontés).
¿Raro que no haya ningún Malbec entre los tres primeros? No tanto, de las siete medallas de plata “outstanding” (vinos puntuados por encima de los 85 de promedio, rozando el oro), cuatro fueron a Malbec. Los resultados completos pueden verlos en este link.
¿Conclusiones?
Muchísimas, que seguramente se las voy a ir lanzando con el tiempo. Pero quizás la más resonante es cuánto falta aún por comunicar de nuestros vinos en el exterior. Aun compartiendo panel con eminencias que viven, respiran, comen y beben vino hace añares, poco se sabe de Argentina. Incluso ellos, líderes de opinión, conocen una parte minúscula de nuestros vinos, y el compartir una cata nos permite humildemente corregirlos, contarles por dónde viene la mano en materia de vinos argentinos.
Eso es algo que Wines of Argentina y otros deberían fomentar: la “internacionalización” de periodistas y sommeliers para que comuniquen desde el conocimiento a aquellos que después rozan al consumidor en los mercados que digitan las ventas internacionales de nuestras etiquetas.
Justo en estos momentos en los que la discusión está puesta sobre nuestras regiones y la importancia de aclarar que Mendoza es gigante, y que un Merlot de Altamira es bien distinto a uno de Santa Rosa, mi experiencia catando para la IWSC es que el camino recién, recién se inicia.