imagen1(107)

En busca de… La otra cara de California

Los vinos norteamericanos van mucho más allá de Napa Valley. Para probarlo, vamos a visitar una región productora de algunos de los mejores Zinfandel del planeta: Sonoma Valley, la otra cara de California.

El Estado de California (y no me refiero a Estados Unidos en general) es el cuarto productor mundial de vinos. Tintos, blancos, rosados y sparklings que, con el correr de los años, se transformaron en estandartes de un nuevo mapa vitivinícola antes solamente ocupado por Europa. Sin embargo, lo cierto es que pareciera que sólo es Napa Valley el responsable de estas fascinantes etiquetas. Hoy nos propusimos probar que no es tan así, viajando apenas unos 20 kilómetros al oeste de la ciudad de Napa para toparnos con la sorprendente Sonoma, un lugar que merece admiración, respeto y, sobre todo, atención.

Es que este condado, uno de los más grandes del estado, concentra una fastuosa producción de blancos de Chardonnay y tintos de Cabernet Sauvignon, Merlot, Pinot Noir y Zinfandel. Vinos multipremiados y aclamados por su singularidad y fineza, bastante distinta a la que encontramos en los vinos de Napa. Porque, aunque suene raro, estos escasos 20 kilómetros significan un cambio realmente importante en el clima y la estructura edáfica de sus viñedos. Sonoma es más fresco, con denominaciones (aquí llamadas AVA, por las siglas de American Viticultural Area) como Los Carneros o Russian River Valley donde los Pinot Noir y Chardonnay, habituados al clima extremo, alcanzan maravillosos niveles de calidad. Sonoma ofrece la mayor diversidad geográfica y el número más alto de AVAs en toda la región, lo que la torna, además, un destino ideal para hacer turismo.

Muchas de las bodegas más antiguas del condado se encuentran, todavía, en el casco histórico de la ciudad de Sonoma, junto a decenas de tiendas, restaurantes y posadas. Sólo quiero sugerirles una recomendación: si su objetivo es el enoturismo, lo mejor es hacer las reservas en algún hotel en el centro de la ciudad. Por (dolorosa) experiencia propia, en mi visita a la región quise hospedarme en una estancia en la campiña pero, les aseguro, no resultó una anécdota recomendable: el condado es enorme y las bodegas, en su mayoría, están esparcidas por todo el territorio. Si tienen en cuenta este ítem, nada malo puede sucederles: en el mismo downtown se pueden encontrar más de un tour que llevan a los turistas a recorrer, en toda una tarde, 4 ó 5 bodegas que proporcionan un encantador panorama de los delicados vinos de Sonoma Valley.

 

Si va de visita a Sonoma Valley, no olvide recorrer el ‘Sonoma County Harvest Fair’, una feria en la cual se degustan, a ciegas, más de mil vinos de la región. Este evento se realiza anualmente a principios de otoño (este año se acaba de realizar, durante el 2 y el 4 de octubre) y es una visita imperdible para cualquier amante del vino.

Si va de visita a Sonoma Valley debería visitar alguno de los muchos mercaditos tradicionales que están en la ciudad de Sonoma. Allí podrá encontrar quesos de cabra, vegetales orgánicos, confituras y algunos otros alimentos artesanales de excelentísima calidad.

¡Comparte!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Otras notas, artículos y curiosidades del vino que pueden interesarte