Palpitando el último episodio antes del juicio final, Mariano elige un vino que lo marcó, en un momento especial de su vida. Marcelo hace lo suyo, y se inclina por el estilo de cerveza que más disfruta. Un vino, una cerveza.
Pasaron veintidós semanas. Veintidós capítulos en esta carrera contrarreloj para descifrar, antes del día de El Juicio Final, si el vino o la cerveza fue más importante en la vida del hombre. Tuvimos de todo y para todos los gustos y, por eso, en este último capítulo antes de la decisión quisimos resumir en apenas algunos minutos algo que hace de estas dos bebidas algo especial: esa posibilidad de regalar momentos únicos.
Mariano elige un vino. Marcelo elige una cerveza. Dos etiquetas representativas de situaciones especiales.
La botella que eligió Mariano tiene un tinte especial. Fue una magnum (de 1,5 litros) de Mora Negra, emblema de la casa sanjuanina Finca Los Moras, que le regaló a Marcelo cuando se recibió de su primera carrera de ingeniería. Un tinto que disfrutamos a orillas del lago Aluminé, en la Patagonia argentina, una fría noche de verano, en carpa pero con gloriosos copones de cristal.
Marcelo prefirió orientarse a una cerveza que para él significa mucho. Un estilo, más bien: el de las belgas. La Delirium Noël, una edición especial de Navidad de la cervecería Delirium Tremens que, además de hablar de ella, la bebimos con muchas ganas.
Llegan tiempos de reflexión a El Juicio Final. La decisión tenemos que tomarla en apenas siete días, horas antes de lo que los mayas propusieron como la finalización de las noches y los días. El fin de una era que, si llega, nos encontrará al menos con una sentencia dictada.
2 comentarios
Por lo general no hago comentarios en sitios web, pero tu web me motivo. Genial!
Muchísimas gracias, encantado de que así sea!!!