Patria de, quizás, los mejores vinos del mundo, el sudoeste francés propone un manojo perfecto de alternativas de enoturismo en torno a la bella Burdeos.
¿Cómo será el vino perfecto? Alguna vez escuché decir que podíamos definir algo como perfecto cuando estaba dotado de todo eso que debía tener, y que carecía de todas esas otras cosas de las que, casualmente, debía carecer. En realidad, no estamos muy seguros de que exista esa etiqueta que se acerque a la idea de perfección pero, de buscarla, seguramente tendríamos que dedicarlo algunos días en plan de enoturismo en Burdeos.
Es la meca de la vitivinicultura. A orillas del río Garona, en el sudoeste francés, Burdeos acapara cada año la mirada de más de 2.5 millones de amantes del vino que recorren sus famosos castillos embebidos en viñedos de, quizás, las mejores plantas de Cabernet Sauvignon, Merlot y compañía.
Burdeos es una ciudad encantadora en donde se mira, se vive y se respira vino. De mayo a octubre se concentra la mayor cantidad de actividades, celebraciones y tours alrededor de las zonas aledañas a Burdeos, como Saint-Emilion, Graves, Médoc, Sauternes o Pomerol. Ferias y exposiciones como Vinexpo conviven con restaurantes, brasseries y bistrós que nos impiden olvidarnos de Francia como el epicentro de la gastronomía internacional. Uno de ellos es Bar à Vin: un moderno bar en pleno centro de Burdeos que ofrece una carta con una treintena de opciones de blancos, tintos y dulces actualizados mensualmente y provenientes de las diferentes apelaciones que rodean a la ciudad; aquí solo se venden vinos por copa (con precios entre 2 y 8 Euros), y cada etiqueta se sirve en un cáliz de cristal diferente.
Son cerca de 8.500 bodegas dentro de las 120.000 hectáreas que ampara la región de Burdeos. La mayoría tienen arraigado el concepto de château (‘castillo’, en francés): una casona rodeada de viñedos propios de donde se obtienen las uvas para la producción, asegurándose que los procesos de vinificación se inicien inmediatamente después de la vendimia, manteniéndose inalterable su calidad y oponiéndose a muchas otras regiones en donde la bodega y los viñedos están alejados varios kilómetros una de otros.
La Cité du Vin en Burdeos
La Cité des Civilisations Du Vin es un extravagante edificio diseñado por el equipo de arquitectos franceses de X-TU Agency que alberga una fundación y se ha transformado en un icono de la ciudad. No es un museo, ni tampoco un parque temático. Se trata de una idea justo en el medio, que entiende al vino como un componente fundamental de la sociedad, recorriendo su historia y sus personajes mediante una propuesta interactiva y absolutamente diferente.