La Tempranillo es una uva que ha dejado su huella en tierras diversas, dando origen a algunas de las etiquetas más reconocidas del mundo. En esta nota vamos a descubrir sus orígenes, qué esperar de estos vinos, su cata y mucho más.
La Tempranillo es una uva de ciclo corto, conocida por ser una de las primeras en vendimiarse y, de ahí, su famoso nombre. Se planta en todo el planeta, pero sin dudas donde más se destaca es en la península ibérica. Para que tengamos una idea, solo en España tiene 215.000 hectáreas dedicadas a su cultivo y está presente en 38 denominaciones de origen… todo un número.
Tal es así que la Tempranillo es una de las variedades de uva tinta fina más plantadas globalmente. Desde los intensos tintos de Oporto hasta los más sutiles Rioja, pero pasando por Argentina, Australia o los Estados Unidos.
¿Qué tal es el vino Tempranillo?
Bueno, vayamos a la copa. Cuando se la vinifica como vino tinto tradicional, la Tempranillo suele ser muy efusiva en aromas e intensa en el paladar cuando es joven, aunque se lleva súper bien con la madera. Nota de color: es muy usual verla añejada en roble americano, incluso más que francés.
Pero también suele formar parte de blends, mezclándose con otras variedades como Garnacha, Graciano, Cabernet Sauvignon y Mazuelo, siempre dando vida a tintos sumamente interesantes, especialmente en regiones españolas como Penedés, Navarra, y Rioja.
Más allá de España
Sí, porque no es solo España la que rinde homenaje. En Argentina, México, Chile, Australia y los Estados Unidos, la Tempranillo es moldeada por los enólogos para crear vinos mayormente frutales, encontrándose pocos «grandes exponentes» cuando salimos de Portugal o España.
De cualquier manera, uno de los mayores ganchos de la uva es su sabida versatilidad, habiéndose transformado en una viña flexible, apreciada en diferentes climas y suelos alrededor del mundo. Dejame compartirte este episodio del podcast en el que hablamos largo y tendido de ella y su panorama internacional.
¿Un último dato de color? No solo de tintos vive la Tempranillo, je. Su versión blanca se descubrió a través de una mutación genética en 1988, y ganó protagonismo en el viñedo español, estando hoy en boca de muchos.
En definitiva, la Tempranillo es una variedad con enorme historia y presencia global, pero definitivamente es un símbolo de la diversidad en la península ibérica, plantada en cada rincón, con nombres distintos y expresiones completamente diferentes (spoiler: todas ellas son hermosas, ja, así que a hacer el descorche siempre, siempre).
6 comentarios
Hola! el Tempranillo de Karim Mussi, otro muy lindo exponente!
Siiii, me encanta!
Viñas de Narvaez de Boher!!! Lindo tempranillo! Buena RPC
El Santa Julia Reserva Tempranillo también de Zuccardi con increíble RCP!!
Hola, Mariano. Linda nota.
Con respecto a lo que mencionás de su «varietalidad» en Argentina, no se me ocurren muchos exponentes: Portillo, Zuccardi Q, Altocedro Año Cero, Urban Uco. Y en blends: grandes exponentes (como protagonista) el Alfa Crux, también Beta Crux de O. Fournier, antes el Z de Zuccardi…
Y no se me ocurre mucho más… Si te viene a la mente alguno más, por favor comentá!
Gracias!
Ricardo! El Tempranillo de Tempus Alba es una gloria. Roberto de la Mota tiene en Mendel un Tempranillo bajo la línea Mendel también. Y, creo, paramos de contar… no hay mucho más dando vueltas… aún!