La Sauvignon Blanc es mi uva blanca preferida, pero esta nota no habla de mí. Habla de un estilo de vino que tiene todo, que surge en Francia pero conquista al mundo entero y que, en esta nota, te pienso desvestir de pies a cabeza.

La Sauvignon Blanc tiene todo. Sí, es mi uva blanca preferida, y un granito que da tantas opciones en la copa que te apabulla. Originaria de Francia, encontró su hogar en un montón de otras regiones vitivinícolas alrededor del mundo, desde Nueva Zelanda y su clima fresquito hasta Argentina (especialmente en el Valle de Uco), España (en Rueda), California y mucho más.

Orígenes y diversidad aromática

Esta uva, aunque originaria de Burdeos, es más famosa en la región central del Valle del Loire. La Sauvignon Blanc se destaca por ser sumamente versátil y por su capacidad para adaptarse a diferentes climas y suelos aunque, también hay que decirlo, zonas costeras y frescas le sientan mejor.

Su diversidad aromática depende en gran medida del momento de cosecha. Cuando se cosecha temprano, aparecen aromas intensos y salvajes de hierbas frescas, ruda, pis de gato y pasto, acompañados de una alta acidez. Sin embargo, si se permite madurar un poco más, surgen matices tropicales, como maracuyá y banana e incluso notas terpénicas que pueden llegar a asimilarse con los Moscateles.

Esas notas de cata inconfundibles

Los vinos a base de Sauvignon Blanc tienden a tener baja coloración y despliegan en nariz notas frescas, incluyendo cítricos como el pomelo rosado, pasto húmedo, espárragos y ruda, junto con una marcada acidez en boca. La versatilidad de esta uva se refleja en la posibilidad de cosecharla en diferentes estadios de maduración, lo que da como resultado perfiles aromáticos únicos que tienden a ser más tropicales a medida que madura.

Un dato más: la Sauvignon Blanc criada en roble da notas ahumadas que le han otorgado el título de «fumé blanc.»

Palabras de experto: Martín Kaiser, Jefe de Viñedos de Doña Paula

Para comprender mejor a la Sauvignon Blanc, hablé con Martín Kaiser, jefe de viñedos de Doña Paula. Doña Paula fue, en Argentina, la bodega que puso en el tapete a esta uva, años atrás, marcando el comienzo de un estilo que hoy se ha difundido enormemente. Doña Paula ha hecho de las suyas con etiquetas emblemáticas como su Estate Sauvignon Blanc y Los Cardos, pero hace poquito tiempo lanzaron el Single Vineyard Alluvia, de Gualtallary, con algo de pieles y barrica, que pone nuevamente la vara altísima entre los vinos argentinos. Así que hasta Martín fui, y él me compartió algunas perspectivas interesantísimas que acá te resumo:

• “La Sauvignon Blanc es una variedad vigorosa y productiva, pero es susceptible a la pudrición, especialmente en años lluviosos debido a sus racimos apretados”
• “Es una uva fácil de manejar, con un crecimiento erecto y brotes que crecen hacia arriba. Madura rápidamente después del envero, así que su periodo de cosecha es cortito”
• “Es una uva transparente: lo que experimentás en el viñedo comiendo la uva se refleja en el vino. Desde aromas a manzana verde y lima hasta notas herbáceas y, en zonas frías, la característica nota de ruda. En altitudes extremas, se desarrollan las pirazinas y esas notas de ají. Con la madurez, aparecen matices de ananá y maracuyá”

Los mejores Sauvignon Blanc del mundo

Los Sauvignon Blanc más destacados provienen de regiones frescas, te contaba.

Lo pienso yo, pero por las dudas le consulté a Martín y, según él, “los Sauvignon Blanc que más me gustan vienen de zonas frías y costeras, como los de Casablanca y Leyda en Chile, con gran cercanía al Pacífico. También los de Nueva Zelanda, que tienen este carácter marcado de notas herbales de espárragos y arvejas, frutas cítricas y mentoladas. Y los grandes exponentes de Sancerre que tienen una fineza muy bien lograda. En Mendoza me encantan los de altura, de regiones frescas o frías, entre 1200 y 1600 metros de altura. Y el tipo de suelo, profundos, en donde la planta se hace vigorosa. El Sauvignon Blanc plantado en suelo pedregoso pierde su carácter frutal”