Sin dejar de lado los tacos y los trapos, el diseñador italiano también pone sus manos entre viñas. Acá, una conversación exclusiva con Roberto Cavalli y sus vinos, tan particulares como eran de esperar.
Presentarlo no es una pavada; sus diseños en materia de moda son conocidos en cada rinconcito del planeta pero, la verdad, pocos tienen en mente esto de su lado vitivinícola. “El vino es parte de nuestra vida y está totalmente conectado con la tierra en donde vivimos. Siempre me sentí más atraído por el paisaje y la tranquila vida que llevamos en Chianti que por el glamour del mundo de la moda que siempre rodeó a mi papá”, cuenta su hijo Tommaso y nos pone instantáneamente al tanto del porqué Don Cavalli se sumó en cuerpo y alma a Tenuta degli Dei, allá por el 2000.
En esta entrevista chiqutitititita, nos metemos en las profundidades de su bodega en el corazón de la Toscana, y del sueño compartido en familia.
Un diseñador de modas devenido en bodeguero… ¿idea extraña? Definitivamente, no. Los dos mundos han sido puesto juntos como artículos de lujo, ambos entendidos por los consumidores como ideales de singularidad y hedonismo. Creo, en verdad, que la conexión real se puede encontrar en la búsqueda obsesiva de la calidad que llevamos a cabo en ambos negocios.
Y ambos tan arraigados en la cultura italiana. ¡Exacto! Es más: yo creo que éste es el origen de ese estilo de vida tradicional de Italia que se conoce en el resto del mundo. Tanto la moda como el vino saben comunicarlo muy bien.
Y entonces ahora viste botellas con diseños ciento por ciento característicos de Cavalli. Bueno, primero que nada muchas gracias por haberlo notado. Estoy muy orgulloso del diseño de todas nuestras etiquetas; en la línea Cavalli Tenuta degli Dei, el patrón central es elegante y los laterales de la etiqueta se cambian año tras año, de acuerdo a los diseños de mis colecciones de moda. Aún encuentro esta idea como algo original.
La línea Cavalli Collection es una botella especial, producida cada año en una edición limitada y propuesta en un envase de lujo mucho más cerca del mundo de la moda de Roberto Cavalli. El packaging está realizado por los mismos artesanos que, literalmente, dan a luz a los accesorios de moda que yo diseño. El resultado es algo raro y realmente precioso.