Un panorama intenso y azucarado con maridajes ingeniosos entre vinos y pastelería. Con algún que otro cosecha tardía, sí, pero le sumamos alternativas de tintos, blancos secos y compañía para llevar a la mesa más allá del postre.
A la hora de los dulces, y pensar en maridajes con pastelería, hay vida más allá de un espresso. Acá el ingrediente destacado es el azúcar, aunque no siempre en un primer plano: cada vez más, la gastronomía parece andar un camino distinto, incorporando pimienta recién molida en las frutas frescas o canela en un helado. Vinagres, más especias, verduras.
Y los vinos tienen que estar a la altura, claro que sí.
Entonces encontramos que los vinos de cosecha tardía, los botritizados o los dulces naturales aparecen como las primeras alternativas para acompañar a la pastelería. El chocolate, por ejemplo, combina divino con tintos fortificados, igual que las tortas de limón y las burbujas de un espumoso a base de Chardonnay. Los rosados también son buenas alternativas, sobre todo para tartas de frutillas o frambuesas, porque la ambivalencia entre dulzor y acidez parece jugar con las sensaciones del paladar. Entre los blancos, los aromáticos Viognier o Torrontés son ideales.
¿Y los tintos? Ahhhh, estos señoritos son un poco más peligrosos al momento de pensar maridajes: los taninos marcados pueden opacar un postre sutil, aunque un Syrah con preparaciones a base de canela o un Cabernet Sauvignon cuyo paso por barricas de roble le haya regalado aromas a dulce de leche, van de maravillas con muchos. Sí es recomendable evitar los tintos muy concentrados y astringentes para la pastelería con frutas; en este caso habrá que volver a los blancos o rosados y su acidez mágica.
Como siempre digo: es cuestión de animarse y probar.
Entonces, vamos uno por uno.
Scones de limón
Acá te sugiero pensar en vinos simples, especialmente los blancos cítricos como el Sauvignon Blanc. También los espumosos más jóvenes pueden ser atractivos.
Tarta de manzana y canela
Una buena opción es un Chardonnay elaborado con el típico perfil norteamericano (untuoso y potente, con madera) es la mejor unión. Será un blanco con aroma a canela y bien mantecoso, así que el éxito es seguro.
Cheescake
Pensemos en algún blanco de cosecha tardía. La acidez tenue del queso va a equilibrarse perfectamente bien con un Chardonnay o Viognier de este estilo.
Pastelitos de membrillo
Para unos pastelitos de dulce de membrillo, vinos dulces que se complementen con el almíbar de los pastelitos. Quizás los blancos sean las mejores opciones… un Torrontés salteño, por qué no.
Selva Negra
Para acompañar una torta de la Selva Negra, podemos animarnos a un tinto dulce.
Lemon pie
Finalmente, volvamos a los espumosos de aromas cítricos intensos. Un Charmat (los de segunda fermentación en grandes tanques) bien frutado, o blancos tranquilos de cosecha tardía.
Maridajes con pastelería, algunas conclusiones
El maridaje entre vinos y pastelería puede ser una experiencia sorprendente y gratificante para todos los bebedores seriales, pero siempre es importante tener en cuenta que acá no hay reglas estrictas, sino más bien sugerencias y pautas generales que pueden ser exploradas y adaptadas según tu gusto personal y preferencias culinarias.
Por eso, si te gustaría conocer mucho más en profundidad sobre este mundo, te invito a que hagas clic en nuestro curso ABC del maridaje en el que te voy a enseñar a elegir los vinos perfectos para determinada comida, vamos a entender las bases del porqué de nuestras elecciones y las uniones que nos van a impresionar a nosotros mismos y a nuestros invitados.
13 comentarios
hola buenas me gustaría que me recomendaras un jugo y algún te para el píe de limón ¡gracias espero tu respuesta ¡
Martin! Si bien no soy un experto en la materia (digamos que mi camino va más por el lado del alcohol, je), quizás puedan servirte las mismas reglas que rigen para el maridaje entre vinos y comidas. Tanto para un jugo como para un té, si tenés que acompañar un pie de limón yo buscaría por el lado de las bases cítricas: pomeladas, naranjadas, limonadas, seguramente con algo de burbuja para darle un poco más de estructura. Y corre algo similar para el té: alguno suave, no me imagino un té negro que gane en astringencia y, también, podría acompañarse con algunas rodajas de limón. Repito, no se métier este tema, pero creo que por ahí puede ir la cosa. Abrazo!
Hola, para un budín de limón con vino blanco. Que proporción de vino y cuál me recomiendas??
¡Hola, Laila! No, bueno, ahí ya me mataste… demasiada maña me doy con el vino, pero para la cocina no jajajjaa. La proporción tendrías que verlo con la receta. Respecto a variedades, se me ocurre elegir algún blanco a base de Sauvignon Blanc, que siempre suele desarrollar notas cítricas que, seguro, van a quedarle muy bien.
Hola, aparte de vino tinto dulce, para acompañar torta selva negra, que otra alternativa me podrían sugerir?
Noemi! Podrías buscar algún vino espumoso… quizás el tinto dulce encabezado (al estilo de los Oportos) sería la mejor opción, pero un blanco dulce probablemente le funcione también bien.
Hola! Un champagne rosé como el Barón B, combinaría bien con un lemon pie?
Julieta, cómo estás? Sí, por qué no. Mi primera elección sería un espumoso blanco tradicional… un Extra Brut le quedaría genial. Quizás el rosado es un poco más intenso y me lo imaginaría más con algún tipo de pastelería en el que interviniesen frutillas, arándanos, alguna baya roja. Pero tu alternativa seguro será buena también.
Quisiera saber con qué es apropiado acompañar un bizcocho de novia. Muchas gracias.
Yenny! Mirá, por los ingredientes de un bizcocho de novia tradicional, lo ideal sería un vino blanco a base de Chardonnay. Podría ser en cualquiera de sus versiones: un blanco tradicional, uno dulce o uno espumoso… seguramente cualquiera de sus tres versiones haría un buen acuerdo, sobre todo por las notas cremosas y a manteca del pastel.
Todavía mejor, intenta buscar algún Chardonnay con crianza en barricas, lo cual lo va a volver un poquito más complejo y, sus notas aromáticas, van a combinar a la perfección.
Saludos Mariano. Probé un cheesecake con salsa de frutos rojos. Con un pinot noir. INCREÍBLE.