¿Alguna vez escuchaste hablar del tricloroanisol, TCA o, básicamente, ‘olor a corcho’? Acá te cuento de qué se trata, cuán común resulta encontrarlo y, lo fundamental, a qué huele cuando aparece en la copa.
Aunque los resultados varian mucho dependiendo de la fuente, se cree que 5 de cada 100 botellas en el mundo tapadas con un tapón natural desarrollan un olor a encierro o a humedad. ¡Voilà! El maldito olor a corcho, o TCA.
Esta fragancia pestilente es causada por distintos componentes orgánicos (dentro de los que se destaca el TCA o tricloroanisol) que surgen como consecuencia de la actividad metabólica de los hongos presentes en el corcho o sumados en los procesos de fabricación. El tema es el siguiente: el alcornoque es un material poroso que, así como permite intercambio de aire entre el vino y el exterior, también permite que algunos hongos se alojen en esos poros, desarrollando olores.
¿De qué hablamos cuando hablamos de TCA?
Bueno, son muchas las referencias que se hacen, pero imagínense algo así como mohoso, entre el cartón mojado y el olor a un perro húmedo. Poco agradable, claro, y lo más catastrófico es que solo un porcentaje minúsculo de TCA es necesario como para que una nariz, aunque no esté entrenada, lo identifique fácilmente.
Este olor a corcho no es solamente malo en sí mismo sino que, además, opaca la potencia frutal del vino y le saca largo de boca. En los casos en los que la concentración de estos compuestos es mayor, puede incluso llegar a generar un rechazo completo del vino, aun cuando en este caso el líquido no es el culpable.
Pero el corcho subsiste…
Entonces cómo es posible que las compañías que se dedican a la fabricación de corchos naturales no hayan hecho nada al respecto. El problema es que se dificulta el control y la erradicación total del TCA y los otros compuestos orgánicos responsables de este olor, ya que éstos a veces también están “instalados” en los edificios de las bodegas, como por ejemplo en las estructuras de madera que fueron tratadas químicamente.
3 comentarios
Lo primero que hago cuando abren un vino, es oler el corcho. Me ll enseñó mi padre. El otro día en Mendoza, nos cobraron una fortuna en un hotel, yo detecté en el vino ese olor horrible y mi yerno no quiso decir nada. Yo no tomé más.
Si el olor a corcho es muy fuerte, ¿Quiere decir que el vino ( líquido ) es malo y se debe desechar? O no tiene ninguna relación y podemos dejar reposar el vino para poder beberlo?
Adriana! Si el olor a corcho es muy fuerte, es probable que tengas que desechar la botella directamente. Ojo: esto quiere decir que el vino estaba contaminado, con lo cual puede pasarte que otra botella (incluso de la misma caja) esté en perfectas condiciones.
A veces, cuando el TCA es apenas perceptible, podés beber la botella y disfrutarla sin tanta complicación, pero en general cuando al descorchar encontrás el olor intenso, el paso de los minutos no hace más que hacerlo insoportable…