Seguro es su fuerte: uno de los pilares por los que el Malbec hace estragos en el mundo es su flexibilidad cuando lo llevás a la mesa. Ahí se acomoda, se despereza un poco y deja a todos boquiabiertos ante el primer descorche. ¿Qué con qué? Una guía de maridajes con Malbec.
Cuando pensamos en maridajes con Malbec, el tipo se la banca. Le ponés un bife de chorizo y le hace frente. Sentadito al lado de una pizza de anchoas termina saliendo ileso y le subraya la potencia a cualquier guiso con el que lo quieras acompañar. El Malbec es flexible, ni tan áspero ni tan liviano, refrescante en el paladar pero comodín como pocos. Por eso es que cuando hablás de maridaje (en esa idea de combinar bebidas y comidas), nuestro tinto emblema siempre seduce.
Tengamos en cuenta que estilos hay miles, y si conseguís desde un Malbec blanco hasta un tinto de 20% de alcohol, entonces los grises en el medio te invitan a que, comas lo que comas, siempre vas a tener una alternativa que le va a sentar bien.
Un Malbec tradicional, de ésos que encontrás en cualquier góndola, combina de maravillas con casi todas las comidas que hacés día a día en casa: milanesas, tartas, carnes de res o pollo al horno. También con papas fritas, guisos o una buena picada de sábado a la noche.
Así que vamos con estas preparaciones. Yo elegí seis platos conocidos por todos y, en base a ellos, te cuento qué estilo de Malbec elegir para lograr grandes maridajes.
Pastel de papas con Malbec
Parrillada con Malbec
Sushi con Malbec
Paella con Malbec
Milanesa con papas fritas con Malbec
Flan con dulce de leche con Malbec