Doce voces. Doce emblemas del mundo del vino acá y en la Conchinchina. Y una decena de vinos argentinos a los que, según ellos, tendríamos que darle un último sorbo antes del fin de nuestros días. Hoy elige #Los10 el hacedor de vinos Alejandro Sejanovich.
De los enólogos jóvenes que están trayendo aires nuevos a nuestra vitivinicultura ya hemos hablado. Miles de millones de veces, quizás. Y el colo Sejanovich, con sus Zaha, sus Teho, sus Manos Negras, ha recreado tintos excepcionales que, con producciones chiquititas, siempre te descolocan cuando te disponés a descorcharlos.
Alejandro fue director de viñedos de Catena Zapata, en donde se topó con Jeff Mausbach, norteamericano y entonces director de educación de la bodega. De ahí saltaron los proyectos en conjunto y, desde el 2010, los muchachos se complotaron para moldear etiquetas de la alta gama que valen la pena interceptar en la góndola.
Éstos son #Los10 de Alejandro Sejanovich:
Gran Enemigo Gualtallary Single Vineyard Cabernet Franc, de Bodega Aleanna
Jose L. Mounier Reserva, de Bodega José L. Mounier
Pelleriti Selection Grand Reserve Blend, de Marcelo Pelleriti Wines
Finca Altamira, de Achával Ferrer
Demente, de Passionate Wine
Aluvional Finca Los Membrillos, de Zuccardi Wines
Estiba Reservada, de Catena Zapata
Noemía de Patagonia, de Bodega Noemía
Imperfecto, de Pi 3,14
Casarena Jamilla´s Single Vineyard Perdriel Malbec, de Bodega Casarena
Un poco de todo: vinos de proyectos personales de grandes enólogos como Pelleriti, Pi y Vigil, tradicionales como el Estiba de Catena, osados y new age como el Demente y el Aluvional. Todo tinto y en dimensiones distintas, lo cual habla de una hermosa pluralidad: desde la sutileza del Noemía hasta lo voluptuoso del Mounier. Una divinura de vinos, te cuento.