Los vinos de autor son etiquetas con nombre y apellido; enólogos que se ponen al hombro el proyecto y firman de puño y letra cada una de sus creaciones. Pero a éstos también los criticamos. Casi media docena de tintos personales para enjuiciar de pies a cabeza.

El Malbec de Ricardo Santos
$140

Lo bueno es que es un tradicional; una ficha segura con un poquitín de madera y que llega de la mano de uno de los enólogos más respetados del país. Te lo tomás y te tomás parte de la historia de nuestros vinos, eso hay que saberlo.

Lo malo es que no te va a sorprender. Es un Malbec cumplidor, sin dudas, que tiene esa frescura y paladar liviano que siempre le pedís a la uva. Pero difícilmente te vaya a volar los sesos porque, en cambio, es de lo más conservador.

Hey Malbec
$162

Lo bueno es que se trata de esos tintos rupturistas. Llegó al mercado hace poco y en la góndola (aunque difícil de ver en el súper, claro) te seduce fácil con esa etiqueta tipo cómic que ya desde el vamos te predispone para el disfrute.

Lo malo es que, a título personal (obvio, si este es tu blog Mariano), todavía me cuesta justificarle el precio tan alto con el que salió a la venta desde el minuto cero. A $100 o $120 es otra cosa, pero superando los $150 a la expectativa la pongo más alta.

Pura Sangre
$195

Lo bueno es que es un secreto a voces de los que ya quedan pocos. Ventas celosas en lugares muy (demasiado) puntuales porque, es de esperar, se busca resguardar lo que hay detrás: uno de los tintos más ricos del país. Uno de los tintos más ricos del país. Así como les digo.

Lo malo es que se ve realmente poco, y esto no es un dato menor. No se trata de esos tintos “difíciles” que alguna vinoteca de barrio pueda tener perdido por ahí; a éste tenés que buscarlo profundo, y ese esfuerzo no siempre está tan bueno de hacer.

Privado Jorge Rubio Malbec Roble
$120

Lo bueno es que, comercialmente, estos vinos son admirables. Con muy, muy, muy poca inversión en comunicación son de esas etiquetas que siempre alguien te comenta que compró o que un amigo de un amigo le recomendó. Esa penetración con $0 es fascinante.

Lo malo es que mantiene una estética muy artesanal. Demasiado, a mi parecer, y eso es probable que en muchos sentidos aleje al consumidor que se acerca por primera vez al vino. Si tenemos en cuenta que son etiquetas basadas en la venta personal, este detalle puede pasar inadvertido.

El Sensacional Equilibrista Malbec
$220

Lo bueno buenísimo es la etiqueta. El contenido es fascinante, pero la estética eclipsa como un bálsamo para ojos cansados de lo blanco y cuadrado. Ojo, puede ser que a vos no te guste, pero entre miles seguro te parás a saber qué hay ahí.

Lo malo es que el alcohol está un poco subidito. En el paladar hay una intensidad hermosa que neutraliza, pero los 14,1º (que, si me preguntan a ciegas, apostaría a que es un poquito más), impresiona mucho en una primera nariz.