Agrupamos a un trío de mujeres expertas en el vino para que nos contaran una experiencia que nos transporte a otro lugar. Relatos ricos en matices, sabores y grandes vinos que despierten algo más que sana envidia.
Una cata exclusiva de Château d’Yquem // Por Marina Beltrame, directora de la Escuela Argentina de Sommeliers // Tengo el privilegio de decir que mi trabajo es un lujo y, también, que me dio oportunidades increíbles. Hace unos años viajé a la encantadora ciudad de Jerez, seducida por la feria de vinos dulces Vinoble… y precisamente uno de ellos fue el que me dio uno de los momentos más inolvidables de mi carrera. Château d’Yquem es uno de los blancos dulces más apreciados del mundo. Su historia se remonta a más de 400 años y perteneció a la familia Lur-Saluces entre 1785 y 1999. Nada menos que el Conde Alexandre de Lur-Saluces ofreció una cata vertical de su vino en Vinoble 2004. Desde ya las invitaciones fueron muy limitadas y lo cierto es que no estábamos en esa exclusiva lista, pero la tenacidad nos permitió después de mucho intentarlo entrar y disfrutar las cosechas 1986, 1988, 1995 y 1998. Una delicia de punta a punta.
Entre quesos y Champagnes en un petit château bordelés // Por María Mendizábal, Mejor Sommelier de Argentina 2006 // De viaje por tierras bordelesas fui invitada a una comida en un château, sí, sí, uno de verdad; imaginen un petit château de color piedra con un atardecer increíble, temperatura óptima y un garçon (camarero) que te recibe con un Champagne. Comida de cuatro pasos en los jardines, primer paso, segundo y con el tercer paso llegó el momento de los quesos: un Camembert horneado en su típica cajita de madera balsa acompañado con pan de nuez, húmedo y aromático. Recuerdo que con una cucharita rompía la cáscara de ese delicioso manjar y con una sonrisa untaba el cremoso queso en los recuerdos de mi memoria. Miles de historias como éstas se alojan en ella, específicamente en mi memoria gustativa… colores, aromas, sabores, y, para darles más envidia, sólo ésta es la que pienso compartir con ustedes.
Fabuloso atardecer en la Cordillera de los Andes // Por Élyse Lambert, Mejor Sommelier de América 2009 // Cuando me propusieron contarles sobre un momento “vinícola” memorable de mi vida, sin dudarlo me acordé de una experiencia reciente. Hace unos meses estaba de visita en Argentina, en donde tenía prevista una degustación en la bodega Cheval des Andes, en Mendoza. Fuimos al evento con expectativas algo desconocidas, ya que sólo teníamos una idea general de que nos presentarían las nuevas cosechas… pero lo que vendría fue más allá de lo que hubiésemos podido imaginar. Cuando llegamos al loft de Cheval des Andes en frente había un campo de polo enorme; a la distancia, la Cordillera de los Andes con el sol escondiéndose detrás… no podíamos haber pedido más. Pierre Lurton del afamado Cheval Blanc estaba allí para presentar la nueva cosecha de Cheval des Andes, la 2006. Poquito después, un intenso partido de polo comenzó; a medida que el juego llegaba a su fin el sol terminaba de esfumarse detrás de las montañas, nuestras copas estaban llenas y la compañía era fabulosa. La vida no podría ser mejor, y eso me hizo recordar una vez más por qué trabajo en esta industria. Sólo puedo agradecer a Cheval des Andes, a Pierre Lurton y a todo el equipo de LVMH por regalarme esta experiencia sinceramente inolvidable.