Juanicó es una de las bodegas más afamadas del Uruguay. En esta nota conversamos con Fernando Deicas, su Presidente, quien nos cuenta los detalles de una empresa pionera, innovadora y con vinos de calidad mundial.
Juanicó fue la bodega pionera en lanzar un gran vino de guarda en Uruguay. Fue, también, responsable de la primera Gran Medalla de Oro en el país, del primer vino botritizado y del primer varietal de Petit Verdot, entre otras tantas primicias que podrían llevarnos años enumerar. Fernando Deicas, su Presidente, nos revela los secretos de esta bodega adelantada y ciertamente exploradora; una empresa pujante que, cosecha tras cosecha, encontró en la innovación una nueva dimensión de su negocio.
En la actualidad Juanicó exporta sus vinos a lugares tan distantes como Singapore, Lituania o India. ¿Cómo fue todo ese proceso? Es un proceso largo que requirió mucho esfuerzo porque cuando nosotros comenzamos a exportar, Uruguay no lo hacía todavía. El primer contenedor de vino que exportó Uruguay fue de Establecimiento Juanicó hace 15 años. El liderazgo exigió más esfuerzo porque tuvimos que empezar por explicar dónde queda Uruguay y por qué es capaz de producir vinos de alta calidad. Pusimos muchos recursos en el proyecto exportador y tenemos muchas millas voladas.
Su bodega es una de las pioneras en Uruguay; son innovadores respecto de cepas, estilos de vinos y métodos de crianza. ¿Qué es lo próximo? Tenemos varios proyectos entre manos. Ahora estamos lanzando nuestro espumoso método Champenoise en botella de 187,5 mililitros. Creo que Cuvée Castelar será el primer Champenoise en botella pequeña de la región y apunta a un mercado joven a la vez que exigente de calidad.
Y en este mismo sentido, ¿qué potencial ve usted en los espumantes uruguayos? Creo que Uruguay tiene en su zona Sur muy buenas características para producir grandes espumosos. Nosotros apostamos a ello con nuestro Cuveé Castelar desde su concepción cuando contratamos a un experto francés para dar los primeros pasos. Pierre Yves Harang fue muchos años el director de una de las principales casas de Champagne. Hemos ganado muchas medallas en ‘Effervescents du Monde’, el principal concurso internacional en la materia.
¿En qué consiste el proyecto que comparten con Bernard Magrez? Bernard Magrez y Familia Deicas compartimos la propiedad de un viñedo de 16 hectáreas en Canelones, del cual surgen las uvas que se destinan a dos vinos íconos: Gran Casa Magrez de Uruguay y Familia Deicas 1er Cru d´exception. También estamos asociados en un emprendimiento en Luján de Cuyo, Mendoza, donde Bernard Magrez produce su Gran Casa Magrez de Argentina y nosotros nuestro Familia Deicas Malbec de Mendoza. Recientemente presentamos en sociedad al Familia Deicas Malbec junto con el enólogo Eric Bardon director de algunos de los más famosos castillos de Burdeos del señor Magrez y responsable de sus emprendimientos en Latinoamérica.
Si nos olvidamos del Tannat de Uruguay, ¿En qué otra variedad cree usted que el país puede apostar por la calidad que alcanzan esos vinos? El Sur de Uruguay es muy bueno para la variedad Merlot por su clima similar al de Burdeos y especialmente cuando es cultivado sobre los vertisoles de Canelones, suelos arcilloso-calcáreos. En blancos, por otra parte, estamos logrando muy buenos Sauvignon Blanc y Viognier.