Lanzamientos a troche y moche y vinos caros que se hicieron prohibitivos a lo largo del año que pasó. En un país de alta inflación, éstos fueron los hechos más resonantes de la alta gama argentina.

Los vinos de la alta gama argentina en 2014

Lanzamientos a troche y moche y vinos caros que se hicieron prohibitivos a lo largo del año que pasó. En un país de alta inflación, éstos fueron los hechos más resonantes de la alta gama argentina.

Acá estoy sentado en un bodegón de plato abundante pero sin detalle alguno de esnobismo. Abro la carta, husmeo etiquetas y, a medida que recorro hacia abajo la tenebrosa columna de la derecha, me topo con tintos de cómodas cuatro cifras.

Hay también de los otros, claro, pero como nunca antes me doy cuenta de lo cotidiano que hoy resulta este desfile de botellas costosísimas por góndolas y mesas de Buenos Aires.

Los números ya no son lo que eran, y ésa es una de las esquirlas que quedan del 2014 que se va.

Fue un año extraño; tiempos en los que la industria se fue amoldando al ritmo del mercado: costos en alza, economía bamboleante y un puñado de Malbec y compañía que con gran soltura fijan precios gordos.

Es que hay un ida y vuelta frente a un mercado que, con conocimiento, empieza a valorar las sutilezas del microterruño, la delicadeza de combinaciones explosivas y el trabajo sostenido de un enólogo. Ya no tanto de la potencia o la gran barrica francesa, sino más bien de la simplicidad de un vino correctamente hecho, del estudio y el saber que, como en los mejores exponentes del globo, una uva en un lugar especial en un año definido puede dar un resultado por encima de la media.

Con todo el trabajo que eso requiere, con todo el entendimiento que conlleva. El camino es ése, el de enfocarse en lo que la naturaleza regala, con intervenciones bajas, con la pileta de cemento ya sin epoxi. Y, ahí sí, dejar que la Mama Pacha hable y que, en ese discurso, se logren los vinos de clase mundial que nos merecemos.

Aunque su precio, digamos, coquetee con los cielos.

ESTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO ORIGINALMENTE EN LA REVISTA CUISINE&VINS

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