Dentro de sus salones gastronómicos que acumulan miles de quesos, infusiones, embutidos y carnes, el vino ocupa un espacio exclusivo. Hasta allí viajamos para contarles todos y cada uno de sus detalles.
Harrods es una marca registrada mundialmente. No sólo es el ícono de las grandes tiendas gourmet del mundo sino que, además, a lo largo de los años ha ido fortaleciendo su imagen como el lugar indicado para conseguir los productos alimenticios (y otros no tanto) de mejor calidad en Londres. Fue, de hecho, la tienda preferida por la Reina de Inglaterra para realizar sus compras, aunque cuando el comercio fue adquirido por Mohamed Al Fayed (el millonario empresario egipcio, padre de Dodi Al Fayed, última pareja de la Princesa Diana con quien falleció en el accidente automovilístico del 31 de agosto de 1997), perdió tal título.
En sus recovecos se esconden prendas de las marcas más prestigiosas, perfumes, accesorios, artículos de diseño y lujosos souvenirs, aunque los halls de comidas son el edén para cualquier amante de la buena mesa. Chocolates, dulces, mermeladas, especias, trufas, café, salsas, aceites, vinagres y tés son estrellas. Pero los vinos merecen una mención aparte.
Es en el subsuelo en donde donde las etiquetas más prestigiosas del planeta tienen su lugar. Bajando por la entrada central se accede a un wine shop fuera de este mundo: vinos de los más diversos países productores, con una selección muy plural de referencias ícono de Europa y decenas de representantes de Estados Unidos, Sudamérica, Oceanía y Sudáfrica.
El local es guiado por un puñado de expertos, pero el recorrido es fácilmente encaminado gracias a una clara señalización dividida por regiones geográficas. De todas, son las principales denominaciones francesas, españolas e italianas las que ocupan la mayoría de los estantes. Borgoña, Champagne y la Toscana brillan en su plenitud, con una selección interminable de etiquetas de cada lugar.
Sudamérica también dice presente, con una fuerte inclinación hacia los vinos tintos principalmente de Chile y Argentina. Son las bodegas más representativas de ambos países las que se pueden encontrar, ya que difícilmente se identifiquen etiquetas de emprendimientos más pequeños o bodegas boutique. Finalmente, los vinos portugueses y fundamentalmente los fortificados de Oporto tienen su sección especial, al igual que las botellas de gran tamaño: desde Magnums hasta presentaciones enormes de 27 ó 30 litros.
Uno de los detalles más interesantes del espacio que se le dedica al vino en Harrods es el área de degustaciones y catas dirigidas, en donde mensualmente se escoge una temática y, en base a ella, se da rienda suelta a las más deliciosas propuestas.