La consigna es simple: un puñado de personalidades famosas relacionadas al vino en Argentina y el mundo nos cuentan cuál fue la mejor etiqueta que han probado a lo largo de todo el 2008. Para disfrutar!!!
Andreas Larsson, Mejor Sommelier del Mundo 2007 // He tenido la suerte de disfrutar muchos buenos vinos a lo largo de 2008, por lo que escoger uno sería difícil. Sin embargo, creo que el vino que llamó más mi atención, que es joven y que acaba de salir al mercado es el Corton-Charlemagne 2006 de Domaine Faiveley. Recientemente lo he degustado en una cata a ciegas con muchos vinos top de Corton-Charlemagne y Montrachet y este simplemente se destacó. Tenía tanta pureza, elegancia, concentración y largo en boca que quedé verdaderamente abrumado por él.
Francis Mallmann, cocinero // Puedo decirles que tomé un Sassicaia magnum 1985 que me pareció lo mejor del año. El vino lo tomé en Italia, se hace en Bolgheri, y es uno de los pocos vinos italianos hecho con carácter y cepas de Burdeos por Nicolo Inccissa de la Rochetta. Este fue sin dudas uno de mis vinos preferidos del 2008.
Borja Blázquez, cocinero // Un vino que me va a dejar un buen recuerdo en este 2008 es el Colomé Reserva 2003. Este es un vino de Salta que me dio a conocer un amigo gastronómico que tiene, justamente, un restaurante de comidas típicas salteñas en mi barrio. El vino fue un regalo para mi cumpleaños. Además, lo he usado para maridar con productos como el charqui, la llama y otros con excelentes y sabrosos resultados.
Patricio Tapia, periodista especializado en vinos // Si tuviese que elegir un vino, sería el Barolo Mascarello No Barrique No Berlusconi 1999. Soy un fan de Mascarello, de su porfía por la tradición, de su energía para defender el pasado. Esta botella la abrí con unos amigos a mediados de año y a todos nos voló la cabeza por su frescor, por su complejidad, por la fuerza escondida tras una textura tan potente como austera. Un Barolo echo a la medida de un productor imprescindible que, tras su muerte, sólo parece haber crecido en importancia. Y, claro, no debimos haberla abierto. Había vino allí para rato. Tengo la botella vacía en mi escritorio, bien cerca, para que no se me olvide lo que es un gran vino.
Mi vino del año // Este año tuve la posibilidad de emprender un viaje increíble que me llevó a recorrer, durante dos meses, más de 50 bodegas en Portugal, España, Francia e Italia. Mi primer destino fue Porto y fue precisamente allí en donde disfruté el mejor vino de este 2008. No recuerdo la bodega ni siquiera el año de cosecha, pero fue esta situación la que me quedará grabada para siempre: sentado al pie del puente que Gustave Eiffel (el mismo de la torre parisina) hizo sobre el Río Duero una tarde de primavera; de un lado del río la ciudad de Porto y en frente Vila Nova de Gaia, con decenas de marquesinas de las principales bodegas portuguesas. Yo sentado en un bar, el sol fundiéndose en el horizonte, justo ahí donde el Duero se une al Atlántico; en la mesa unos mariscos salteados en aceite de oliva y en mi mano una infaltable copa de Vinho Verde, el típico blanco con pequeñas burbujas de aquellas latitudes. Claro que este vino no se destaca por su calidad, ni sus aromas ni sus sabores… pero lo elijo como mi vino del año porque, como en todo, el mundo del vino no se limita únicamente al vino; también hay lugares, amigos y, claro, ese inigualable placer de descubrir una nueva experiencia cada vez que descorchamos una botella.