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En busca de… Los vinos perfectos de Bordeaux

Esta vez vamos a irrumpir en una ciudad verdaderamente inolvidable, rodeada por decenas de los viñedos más cotizados de Europa y en donde se vive, se siente y se habla de una única cosa: el vino. Bienvenidos a Burdeos.

Como en casi todos los órdenes de la vida, en el mundo del vino también existe la idea de excelencia. De hecho, quizás sea Bordeaux el lugar más reconocido del planeta por la calidad de sus productos, el historial de sus bodegas y esa milagrosa complejidad que alcanzan muchas de sus etiquetas.

Bordeaux tiene un total de 57 apelaciones de origen distintas, más de 110.000 hectáreas de viñedos y alrededor de 9.000 bodegas que producen blancos, rosados, tintos, espumosos y dulces. Muchos de ellos, lo que llamaríamos world class wines. Bordeaux es, en sí mismo, un universo absolutamente complejo que difícilmente podríamos llegar a conocer en su totalidad. De cualquier manera, al menos intentarlo es un desafío fascinante.

 

60 minutos en Château Latour

Los viñedos de Château Latour están ubicados en el corazón del Médoc, lugar en el que surgió la vitivinicultura de la región. La calidad inobjetable de sus productos hizo que, en el año 1855, se considerara a esta bodega como “Premier Cru”, una máxima distinción que la puso dentro de un grupo de 5 elegidas… los 5 mejores vinos de Bordeaux y, por ende, 5 de los mejores del mundo. En septiembre de 2009 tuve la suerte de concertar una reunión ya que, como suelen hacer estos gigantes del vino, no reciben turistas. Tal vez por esa imagen de exclusividad que ciertamente le otorga su historial o por los exorbitantes precios que alcanzan sus etiquetas, lo cierto es que, con esta oportunidad por delante, no había tiempo que perder.

Temprano por la mañana, tomé el auto que había alquilado en Bordeaux y transité unos kilómetros al norte de la ciudad hasta llegar a la zona de Pauillac, justo donde me esperaban. Al llegar a las murallas que dividen la finca del Château de la ruta, y luego de un “Mr. Braga… we were waiting for you” que no hizo más que llenarme el pecho de emoción, me propuse a circular con el auto hasta el estacionamiento, previo robo y degustación de algunas uvas frescas que aún estaban en las vides… algo tradicional en mis visitas a bodegas. Una vez dentro del Château, y ya habiendo recorrido las instalaciones, llegamos finalmente a lo importante: la degustación. Probamos muchos, pero 2 merecen mención aparte: el Les Forts de Latour 2003 y el Grand Vin de Château Latour 2001, ambos con métodos de elaboración similares, pero absolutamente distintos uno de otro. El primero, con mayor porcentaje de Merlot, se notaba mucho más salvaje, con ciertas notas animales y a frutos cocidos maravillosos. El otro, con amplia mayoría de Cabernet Sauvignon era elegante y sedoso… y tenía todo eso que le podemos pedir a un vino: identidad, estructura, perfume y potencia.

Una vez escuché decir que podíamos definir algo como verdaderamente “perfecto” cuando tenía todo lo que tenía que tener, y carecía de todo lo que debía carecer. El Grand Vin de Château Latour tenía todo lo que le podemos pedir a un vino, y no poseía nada que no quisiésemos que posea… era un tinto que rozaba esa idea de lo perfecto o que, quizás, era simplemente perfecto.

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