Así como los huevos de cemento, hoy el vino de ánfora está en boca de todos. ¿Qué tienen de especial? ¿Cómo se elaboran? ¿Qué podemos esperar de ellos? Acompañame que te cuento todo.
El vino de ánfora no es nuevo. Te diría que, incluso, es de las tradiciones más tradicionales (y que valga esa redundancia) que existe en el mundo de la vinificación.
¿Qué es un ánfora?
Las ánforas son básicamente receptáculos cerámicos que tienen una forma clásica caracterizada por dos asas y un cuello alargado y estrecho. Lo curioso, es que estas vasijas permiten una interacción súper especial entre el vino y el aire exterior.
¿Qué los hace tan especiales, entonces? Para entenderlo, es necesario que nos metamos de lleno en comprender los matices que la cerámica aporta. Su porosidad actúa como un intermediario entre el vino y el entorno, influyendo directamente en la textura del vino final, sus taninos, color y aromas. Y aquí yace el quid de la cuestión, y un tema del que poco se habla.
La temperatura, la diferencia
Claro, porque la temperatura de cocción de la arcilla determina la apertura o cierre de estos poros.
La clave reside en realidad en la temperatura del horno, que puede ser un aliado para crear vinos oxidativos o reductivos. Menor temperatura, poros más abiertos, crianzas más oxidativas; mayor temperatura, poros más cerrados, menos intercambio con el oxígeno, crianzas reductivas.
Entonces, el abanico de posibilidades que ofrecen las ánforas es amplio y diverso.
Estilos
Tenemos desde las tradicionales vasijas españolas revestidas con cera de abeja, que cierran los poros y propician crianzas reductivas, hasta las emblemáticas tinajas georgianas, cuna de una vinificación que se remonta a más de 8000 años atrás.
El vino de ánfora también hoy se propone como un estandarte de la vinificación “natural”, dentro de los llamados vinos sin intervención. Este método, además, abre las puertas a técnicas como la vinificación integral (es decir, todo elaborado en ese mismo lugar, en donde la uva, sus pieles y escobajos se elaboran en conjunto).
Vino de ánfora por el mundo
Con una presencia arraigada en países como Georgia, Italia, Portugal y España, las ánforas hoy ya no tienen límites, extendiendo su influencia de forma universal. Incluso las bodegas más tradicionalista sucumben a su encanto, como lo demuestra el caso de Château Margaux en Francia… cuestión que te contaba en este episodio del podcast.
En resumen, el vino de ánfora es una linda invitación a explorar los límites del pasado y del presente. ¿Has probado alguna vez un vino elaborado en ánforas? Me encantaría que me cuentes en los comentarios.
2 comentarios
Claro que si, acá la viña San Pedro, en Chile hizo un proyecto Ánfora, ofrece un vino limpio, pero que no me ofrece mucho más que fruta, por tanto creo en lo personal que su consumo debería ser joven, no dará notas terciarias.
Si eres de gusto de solo fruta, sin intervención, entonces este es el camino a seguir
¡Excelente, Mariela!