Escogimos algunas de las bodegas más representativas del Uruguay, con una interesantísima propuesta de turismo enológico. En todo el país, la clave es armar el equipaje y emprender unas justas vacaciones.
Los Cerros de San Juan // Es la bodega más antigua del país, y uno de los principales atractivos turísticos próximos a la hermosa ciudad de Colonia del Sacramento. Su establecimiento está engalanado por construcciones coloniales muy antiguas que le han valido el título de “Monumento histórico” en diciembre de 2004. Los Cerros de San Juan recibe la visita de grupos todo el año, sólo de lunes a sábado y con reserva previa. La condición fundamental es que los grupos deben estar formados por un mínimo de 10 personas; en casos de tratarse de menos turistas, se los puede incluir en algún otro grupo ya abierto.
Viñedo de los Vientos // La bodega es netamente familiar, con una producción anual que ronda los 70.000 litros y que se comercializan tanto en el mercado interno como en los Estados Unidos, Perú, Colombia, Inglaterra y Suecia. En Viñedo de los Vientos se reciben turistas únicamente cuando se concreta una reserva previa, en la que se coordina el menú o la opción que cada cliente elige.
Pizzorno // Pizzorno Family Estates es una empresa familiar que se ha sabido ganar un espacio de preferencia no sólo en el Uruguay sino también como referente de la vitivinicultura de Sudamérica en el mundo. En lo que a enoturismo se refiere, en Pizzorno la tradicional degustación de sus vinos es acompañada por una recorrida detallada a través de los viñedos y la posterior visita a las instalaciones de la bodega. Aquí también se exige una reserva previa con 72 horas de anticipación.
Juanicó // La familia Deicas lidera Establecimiento Juanicó, una de las bodegas uruguayas más premiadas internacionalmente. La bodega cuenta con una de las cavas más antiguas de Latinoamérica, construida por Francisco Juanicó en el año 1.830, momento en el que se inició una tradición vitivinícola que, al día de hoy, la familia Deicas ha sabido llevar a todo el mundo.
Bouza // Bouza es un apellido que resuena con enorme fuerza en la vitivinicultura local. Sus vinos son motivos de orgullo para el pueblo uruguayo en todo el mundo, con blancos y tintos que demuestran el gran potencial de los vinos del país. Por su cercanía con la ciudad de Montevideo, la bodega es una de las que más preparadas se encuentran para recibir al turismo, con una cava que ofrece un ambiente único junto a una extensa biblioteca especializada.
Alto de la Ballena // Es una de las bodegas boutique más nuevas del país, creada en 1998 con el objetivo de producir vinos de muy alta calidad. Los viñedos están plantados en la ladera de la Sierra de la Ballena, a poca distancia de Punta del Este, y con la fresca influencia de las brisas del océano. Son los mismos dueños, Paula Pivel y su esposo Álvaro Lorenzo, quienes se encargan de recibir a los turistas en el deck de madera que regala espectaculares vistas a los viñedos.
Casa Filgueira // Ubicada a unos escasos siete kilómetros del Río Santa Lucía, la visita a Casa Filgueira es una propuesta turística insuperable que se complementa con sus bellezas naturales. La bodega abre sus puertas de par en par para quienes desean realizar un paseo diferente en familia o con amigos. De la mano de la enóloga de la bodega, los turistas pueden conocer en persona todas las particularidades de esta joven bodega familiar.