La Mencía es una de las uvas más fascinantes de España. Originaria del Bierzo, esta variedad tinta ha pasado de ser una joya local a ganar reconocimiento internacional gracias a su frescura, elegancia y capacidad de reflejar el terruño. Pero, junto con su auge, también ha surgido un desafío crucial: la conservación de los viñedos antiguos que la producen. ¿Por qué es importante preservar estas viñas y qué beneficios aporta este esfuerzo? Te lo contamos en detalle.
¿Qué es la Mencía? La uva Mencía se cultiva principalmente en el Bierzo, aunque también se encuentra en otras regiones del noroeste de España como Ribeira Sacra y Valdeorras. Sus características más distintivas incluyen:
- Vinos frescos y vibrantes: La Mencía produce vinos con una acidez marcada y un perfil frutal donde destacan las frutas rojas (frambuesa, fresa, cereza) y notas florales.
- Buena capacidad de envejecimiento: Aunque los jóvenes son expresivos y accesibles, los vinos de viñas viejas pueden evolucionar con complejidad, mostrando notas especiadas, minerales y balsámicas.
- Expresión del terruño: Es una uva que refleja de manera precisa el suelo y el clima en el que se cultiva. En el Bierzo, suelos de pizarra y clima atlántico le dan un perfil particular y muy apreciado.
Su creciente popularidad ha llevado a muchos productores a replantearse su cultivo, volviendo a prácticas tradicionales y apostando por viñedos antiguos que ofrecen una calidad excepcional.
La importancia de proteger los viñedos antiguos
Los viñedos viejos son un tesoro en cualquier región vitivinícola. No solo por la calidad de los vinos que producen, sino también por su valor histórico y ecológico. Algunos de los principales beneficios de preservar estas viñas son:
Mayor calidad en los vinos
Las viñas antiguas tienen rendimientos más bajos, lo que concentra los sabores y mejora la estructura de los vinos. Las cepas viejas de Mencía producen uvas más equilibradas y complejas, lo que resulta en vinos con mayor profundidad y longevidad.
Autenticidad y expresión del terroir
Un viñedo viejo es un reflejo vivo del terruño. Sus raíces profundas permiten extraer minerales y matices únicos del suelo, aportando a los vinos una identidad singular que no puede replicarse en plantaciones jóvenes.
Sostenibilidad y biodiversidad
Las viñas antiguas suelen estar menos intervenidas químicamente y favorecen un ecosistema más equilibrado. Al preservar estas plantaciones, se mantiene la biodiversidad del suelo y se contribuye a la sostenibilidad del viñedo.
Herencia cultural e histórica
Cada viña centenaria es un testimonio de la historia vitivinícola de una región. Conservarlas es mantener vivas técnicas de cultivo tradicionales y honrar el trabajo de generaciones de viticultores.
Un valor diferencial en el mercado
Los vinos de viñas viejas son cada vez más apreciados y demandados por consumidores y críticos. Esto representa una oportunidad económica para las bodegas que apuestan por la preservación y puesta en valor de estos viñedos.
Otras cepas que están siendo recuperadas en el mundo
El movimiento por la protección de viñedos antiguos no es exclusivo de la Mencía. En distintas partes del mundo, otras variedades están siendo rescatadas para evitar su extinción y recuperar su valor enológico. Algunas de ellas incluyen:
- Listán Negro (Islas Canarias, España): Cepa típica de las Islas Canarias, con viñedos prefiloxéricos que han sobrevivido durante siglos.
- Zinfandel Old Vines (California, EE.UU.): Plantaciones centenarias que ofrecen una expresión única de esta variedad.
- Sémillon Viejo (Australia): Viñedos antiguos en Hunter Valley producen algunos de los blancos más longevos del mundo.
- Trousseau (Jura, Francia): Una uva autóctona que ha resurgido con el auge de los vinos naturales.
El rescate de estas variedades es una tendencia que no solo beneficia al sector vitivinícola, sino que también enriquece la diversidad de vinos disponibles para los consumidores.
La Mencía es una variedad que ha sabido conquistar a los amantes del vino por su frescura y autenticidad, pero su futuro está intrínsecamente ligado a la conservación de los viñedos antiguos. Proteger estas plantaciones es fundamental para garantizar vinos de calidad, preservar la biodiversidad y honrar la historia vitivinícola.
Así como sucede con la Mencía en el Bierzo, en otras regiones del mundo también se están recuperando cepas que parecían condenadas al olvido. El esfuerzo por mantener vivos estos viñedos no solo es un acto de respeto hacia el pasado, sino también una inversión en el futuro del vino.
En el podcast puedes ampliar la perspactiva acerca de la uva Mencía.