Quienes acumulan canas seguro lo escucharon más de una vez. El Lambrusco es un vino mítico en Italia, pero también hizo alrededor del mundo. Acá te cuento de qué se trata y algunas singularidades que conocer.

Ok, empecemos por el principio: “lambrusco” es el nombre de una variedad de uva, con lo cual a partir de ella se pueden elaborar dulces o secos, espumosos o tranquilos, para añejar o para tomártelos bien jovencitos.

Hoy existen, de hecho, varios niveles de azúcar residual, viajando desde el secco hasta el dolce, aunque es el estilo intermedio el que se esparció con mayor rapidez en el plano internacional, y el primero que se viene a la mente cuando se habla de ellos.

En este episodio del podcast te contaba sobre el Lambrusco, ampliando lo que podés leer en esta nota que ya acumula sus años, je.

En Italia

Desde 1970 el Lambrusco está regulado en Italia a través del sistema de la Denominación de Origen, esto es, el entender que tierra, tradición y know how van de la mano. Un perfil de vino protegido por la ley para que ahí, y solo ahí, pueda etiquetarse como tal. Hoy hay cuatro DOC: Lambrusco de Sorbara, Lambrusco Salamino de Santa Croce, Lambrusco Grasparossa de Castelvetro y Lambrusco de Módena.

En Argentina hay cerca de 50 hectáreas plantadas con la variedad Lambrusco Maestri y unas 12 de Lambrusco Grasparossa, y también hay algunas etiquetas interesantes elaboradas a partir de ellas. Yo te cuento dos:

Pumalek Lambrusco Grasparossa Extra Brut Rosado
Bodega Pumalek – Ugarteche, Luján de Cuyo, Mendoza, Argentina

En versión rosé y con segunda fermentación en botella (el divino método champenoise que, entre nos, por su difícil producción es raro de encontrar en estos rangos de precios accesibles). No diría que es un espumoso que va a volarnos los sesos, pero sí vale mucho el intento: hay ligereza, volumen en boca, aromas cocidos (y un poco oxidados) y un buen final. Para refrescar bastante y usarlo de aperitivo.

Don Bosco Lambrusco Maestri
Bodega Don Bosco – Mendoza, Argentina

Don Bosco es una de las bodegas más antiguas del país, siempre vinculada a la educación en materia de viticultura y enología. Lo mejor de este vino es su precio (también tienen un varietal dentro de la línea “Reserva”, un poquito más oneroso, pero un poquito nomás), porque por poco dinero tiene ciertos hallazgos aromáticos lindos para descubrir, con dejos a clavo de olor, menta y eucalipto que lo hacen ligero en nariz. En la boca es más intenso de lo que a priori pareciera, con un final medio y buena estructura tánica.