La filoxera cambió el curso de la viticultura mundial, dividiendo los viñedos entre los de «pie franco» y los injertados en «pie americano». Cada tipo tiene su impacto en el vino y su relación con el suelo, influenciando tanto la calidad como la identidad de cada botella. Descubre en esta nota cómo estas dos técnicas han moldeado la viticultura y qué buscan hoy los productores en cada opción.
La historia de la viticultura cambió radicalmente con la llegada de la filoxera en el siglo XIX. Fue una plaga devastadora que casi exterminó los viñedos de Europa. Este insecto, que ataca las raíces de la vid, obligó a los viticultores a buscar soluciones para proteger sus viñedos, lo que dio lugar a dos prácticas diferentes: el “pie franco” y el “pie americano” o injertado. Ambos sistemas tienen implicaciones importantes tanto para la salud del viñedo como para el perfil sensorial de los vinos que producen.
Pie franco: el viñedo en su esencia pura
Un viñedo de pie franco es aquel donde las vides son plantadas directamente en el suelo, sin injertos, permitiendo que sus raíces crezcan y exploren el terreno sin intermediarios. Este sistema, aún presente en regiones libres de filoxera como ciertas zonas de Chile o de la región francesa de Prellan, da lugar a vinos con una expresión de terroir auténtica y una gran diversidad de perfiles aromáticos. De acuerdo con estudios agronómicos, el pie franco permite a las raíces captar minerales y características únicas del suelo, creando vinos que pueden reflejar fielmente la tierra en la que crecen.
Sin embargo, su vulnerabilidad a la filoxera significa que estos viñedos son escasos y de mantenimiento delicado en regiones donde esta plaga es una amenaza constante. Para los enólogos y consumidores, los vinos de pie franco representan una experiencia enológica pura y a menudo única, aunque con el riesgo inherente de la pérdida de cosechas en caso de infestación.
Pie americano: la resistencia y adaptabilidad de los injertos
Con la llegada de la filoxera, los viticultores descubrieron que las variedades de vitis americana eran resistentes a esta plaga. Así nació el sistema de injertos, en el cual las vides europeas (vitis vinifera) son injertadas sobre portainjertos americanos resistentes. Esta solución protege las raíces del ataque de la filoxera, garantizando la supervivencia del viñedo en terrenos infestados por la plaga y permitiendo el cultivo de variedades de vino de alta calidad en estas zonas.
Aunque los injertos permiten mantener viñedos en zonas con alto riesgo de filoxera, algunos estudios sugieren que el uso de portainjertos puede influir en el perfil sensorial del vino, al actuar como una barrera parcial entre el suelo y la vid. La vid injertada puede perder algo de esa “pureza” de sabor tan buscada en los viñedos de pie franco, pero ofrece estabilidad y seguridad a largo plazo, una ventaja clave en zonas de cultivo afectadas por la filoxera.
¿Cómo influye esto en la elección de los viñedos?
La elección entre pie franco y pie americano depende de múltiples factores: el tipo de suelo, el riesgo de plagas, y los objetivos enológicos de cada productor. En lugares como Borgoña o Burdeos, donde la filoxera es endémica, los viñedos de pie americano se han convertido en la norma. Sin embargo, en regiones menos afectadas por la filoxera, se preservan los viñedos de pie franco, tanto por su valor histórico como por el perfil sensorial distintivo que ofrecen.
En conclusión, mientras que el pie franco representa un enfoque más tradicional y arriesgado, el pie americano simboliza la innovación y la adaptación de la viticultura a las adversidades del entorno. Ambas prácticas continúan enriqueciendo la diversidad del mundo del vino, permitiendo a productores y consumidores explorar cómo diferentes prácticas agronómicas pueden dar lugar a vinos de una riqueza y expresión únicas.
Ootro tema que vale la pena estudiar en cuando a prácticas es el uso de calicatas y zonificación, que han transformado la forma en que los enólogos gestionan los viñedos.
En el podcast un episodio dedicado a hablar del bichito que cambió para siempre el vino en el mundo… el mayor quiebre de la industria en la historia, por un pulgoncito amarillo.