Paul Hobbs es uno de los mayores responsables del boom internacional de los vinos del Nuevo Mundo. Un enólogo mundialmente afamado que conoce como pocos el divino potencial de la Chardonnay en todo el mundo.
Sea con Viña Cobos en Mendoza o en sus bodegas en California, los Chardonnay de Paul Hobbs han cosechado elogios, reconocimientos, premios y distinciones gracias a su distintiva personalidad y al ensamble perfecto que obtiene cuando el roble se funde con los jugos. Acá conversamos con este destacadísimo enólogo sobre su visión del Chardonnay, el porqué de su furor global, los estilos y cómo afectó el movimiento Anything But Chardonnay (ABC) al perfil de estos blancos en California. Una entrevista sin desperdicios con un winemaker modelo.
¿Por qué cree que el Chardonnay ha tenido tal éxito mundialmente?
Mira, la Chardonnay es una uva campeona desde sus inicios. Para los principiantes, es difícil encontrar un Chardonnay malo en el mercado de hoy… su perfil aromático es tan atractivo y diverso que el enólogo puede moldear tantos estilos como quiera: de Sophia Loren a Kate Moss. ¿Cómo vas a perder?
¿Y piensa que esa diversidad de estilos sufrió algún cimbronazo a partir del “movimiento ABC”?
Yo creo que es propio de la naturaleza humana darle golpes bajos a quien está arriba. Creo que este movimiento ABC ha parado un poco su marcha, pero por un largo tiempo fue una moda golpear al Chardonnay; luego esa postura se hizo vieja… y la gente siguió bebiéndolo. Hoy en día la variedad está teniendo una especie de renacimiento. Pareciera que hay un rejuvenecimiento apasionado del estilo, en particular de aquel que no tiene crianza en barricas (perfil que algunos han definido como “el Chardonnay virgen”). Estas etiquetas han recapturado el amor por la cepa.
O sea que desde aquel momento algo ha cambiado en el Chardonnay norteamericano.
Sí. El movimiento ABC funcionó como un catalizador del nuevo estilo. Sin embargo, curiosamente y como te comenté, no causó la muerte del perfil ya existente.
Un perfil maderoso… ¿cuál es su opinión de ellos?
“Maderoso” evoca imágenes bastante desagradables en mi cabeza, pero supongamos, sin embargo, que voy a ser tomado como un profesional serio y concienzudo. Bajo esa mirada, ciertamente no podría abrazar las virtudes de este tipo de vinos. Pero sé que mucha buena gente ama esos blancos grandes, mantecosos, tostados, plenos de roble. ¿Quién soy yo para decir que están equivocados? Es cierto que con poco talento o fineza se puede hacer un Chardonnay así, pero el estilo es legítimo… y a la gente le gusta.
¿Cuáles son, según su criterio, las cinco regiones vitivinícolas del mundo en donde existe el potencial para hacer los mejores Chardonnay?
Dos regiones vienen de California: Russian River y la Costa Central. Otras dos vienen de Francia: Borgoña y Chablis. Y, el secreto mejor guardado, Argentina… por supuesto siendo Mendoza una favorita, pero hay otras regiones en el país muy prometedoras.
¿Realmente cree que tenemos el potencial para competir con los mejores del mundo?
Francamente, Argentina ya se ha establecido como un productor de Chardonnay de clase mundial en cuanto a la calidad y variedad de estilos. El único problema (aunque hay poca conciencia de este hecho en el país) es que nosotros, en la industria, hemos hecho muy poco para promover la diversidad. En parte porque hasta ahora hemos estado satisfechos con la fruta y la riqueza que nos ha proporcionado el Malbec.