Demos un paseo a través de las bodegas y experiencias más maravillosas de la gran isla. Tintos exóticos y blancos de acidez impresionante entre paseos en bicicleta, koalas y brisas marinas. Así puede ser tu experiencia de enoturismo en Australia.
Pensar en el enoturismo en Australia es ya, per se, una experiencia maravillosa. Un país tan extenso como pocos en el mundo y con condiciones únicas para que podamos encontrar grandísimas etiquetas en casi cualquier rincón de su geografía.
Seis estados incluyendo la isla de Tasmania y, en todos ellos, se producen vinos de clase mundial. Sin embargo, más de la mitad de la producción local surge de Australia del Sur (o Australia Meridional), y también de allí brotan esas marcas que han hecho famosos a los blancos y tintos de Australia, a cuyo lado llegan regiones y ciudades tan distinguidas como Barossa o Adelaida.
¡Adelaida! Solía ser un pantano, aunque hoy sea difícil imaginárselo debajo de aquellos monstruosos edificios espejados que vigilan de cerca la prisa citadina de sus habitantes. La ciudad, capital del estado, es un magnífico comienzo para la aventura enológica.
Un paseo obligado es el National Wine Centre de la Universidad de Adelaida. Un primer piso cercado por poblados jardines en donde uno tiene la posibilidad de entregarse en cuerpo y alma al mundo de la enología, conociendo las principales regiones productoras del país y descubriendo cada uno de los factores que convirtieron a Australia en la potencia vitivinícola que es hoy. Al finalizar, una degustación de vinos locales rodeados de una cava con capacidad para más de 38.000 botellas, una de las más grandes del Hemisferio Sur.
Los day tour para visitar un puñado de entre cuatro y cinco bodegas en un mini bus son moneda corriente en el valle de Barossa, cuna de los tintos más distinguidos del país. Algunos servicios ciento por ciento personalizados como el que ofrecen “Barossa Epicurean Tours” y “Barossa Taste Sensations” permiten recorrer con un guía súper experimentado esas casas vitivinícolas casi secretas que solo los locales conocen bien.