Con una larguísima historia en sus hombros y un abanico de atractivas cepas autóctonas, el vino eslovaco es una fuente interminable de etiquetas de los más amplios estilos: desde dulces Tokaj hasta tintos de gran potencia.
Eslovaquia, tal como sucede con sus vecinos más próximos, tiene una historia vitivinícola que, aunque nos resulte extraño de leer, data del año 700 antes de Cristo. Celtas, romanos, checoslovacos y, hoy, eslovacos se refugiaron en el clima benévolo del sur y el suroeste del país para dar lugar a vinos de muy diversos estilos.
En la actualidad, la industria del vino local está en franca expansión gracias a las excelentes condiciones de cultivo de la vid que, sumadas a la inversión tecnológica de los últimos años, abrió un panorama antes desconocido tanto para antiguos productores como para las pequeñas nuevas bodegas familiares. Así, se han sumado y redescubierto una gran porción de cepas nativas con las que se intenta posicionar al país en el mundo.
Una copa de Veltlínske zelené, por favor
Debido al riguroso clima de la región, es fácil encontrar blancos y rosados de dulces a muy dulces. Incluso algunas etiquetas que, bajo el nombre “hrozienkový výber”, identifican a aquellos vinos elaborados con uvas que fueron atacadas por la Botrytis.
Una enorme (realmente enorme) cantidad de cepajes locales e internacionales se utilizan para la producción de vinos espumosos y tranquilos. Nombres tan raros como Veltlínske zelené, Svätovavrinecké o Alibernet se entremezclan en los viñedos con clones de Cabernet Sauvignon y Chardonnay, entregando un sinnúmero de estilos distintos que, lentamente, comienzan a comercializarse internacionalmente.
Contando
Son aproximadamente 17.600 hectáreas las que se registran en Eslovaquia, con rendimientos promedio de 5,35 toneladas por hectárea. El consumo de vino per cápita apenas supera los 11,5 litros anuales. Se cuentan 6 regiones vitivinícolas principales, siendo una de ellas la afamada Tokaj (1.400 hectáreas de la superficie total de esta zona se ubican dentro del territorio eslovaco). También hay más de 40 sub-zonas. Veltlínske zelené es la cepa blanca más difundida en el país, cubriendo un 19% de la superficie total.