Animarse a incluir porcentajes mínimos de otras cepas en un varietal es una idea a la que muchos le escapan. Le escapan las bodegas, le escapamos los consumidores. La culpa es del Franc, a veces. A veces, no.
La culpa la tiene el Cabernet Franc. Sí, totalmente. Ésa es la conclusión que me quedó últimamente después de probar dos tintos de alta gama realmente sorprendentes: el primero fue el Gernot Langes 2005 (la apuesta de alta gama de Norton) y el segundo el Infinito Malbec 2006 (de Sur de los Andes).
Ambos vinos, en estilos bastante distintos, tienen un porcentaje mínimo de Cabernet Franc que, en un caso como en el otro, marca una diferencia sustancial. Entonces me pongo a pensar un poco en el concepto que en Argentina tenemos de los varietales… esa idea del 100% de una única cepa aunque, sabemos, algunas bodegas incluyen partes mínimas de otras mirando para otro lado.
Voy a California, por ejemplo, y me encuentro con que siempre se respeta el porcentaje mínimo requerido del varietal, pero es muy raro no encontrarlo entremezclado con otros cepajes que terminan de redondear el estilo. El Cabernet Franc en estos dos casos que les cuento, el Petit Verdot en otros o el Viognier en blancos. Un 5% nada más, pero ¡qué gran diferencia!
Entonces vuelvo a mi tierra y me pregunto otra vez por qué es todavía raro encontrar varietales que, cumpliendo con el 85% mínimo requerido, no se atrevan a indicar en sus contraetiquetas las porciones microscópicas de otras variedades que complementan y le regalan un toque de distinción al vino. En el Infinito Malbec hay apenas un 5% de Cabernet Franc, mientras que en el Gernot Langes el porcentaje es del 10%, pero en ambos se nota un contraste que personalmente celebro; una cuestión más bien exótica, vegetal, con un costado rústico y a la vez inquietante. Hace pensar que hay algo más detrás. Desconcierta. Gusta.
¿Seremos nosotros como consumidores? ¿Será que los blends (con la sola excepción de la alta gama) son cada día más difíciles de vender? ¿Será que por eso, entonces, las bodegas huyen de la idea de mostrar que se animan a integrar una uva con otra?
La culpa es del Franc, a veces. A veces, en cambio, la culpa es nuestra.