Esta es una nota exclusiva que realizamos para la revista WINE+, charlando con el Gerente de Ventas y Marketing de Renacer, una de las bodegas argentinas que mejor nos hacen quedar en el extranjero.
¿Por qué lanzarse a la aventura de vivir en otro país y allí dar rienda suelta al placer de elaborar vinos? ¿Por qué hacerlo si también en Chile, su hogar natal, cabía esta posibilidad? “Me llamó la atención el potencial que tenía Mendoza para producir vinos de alta calidad. La intensidad de luz, la amplitud térmica, el agua cristalina de la Cordillera, en fin, lo que se conoce como el terroir, reunía condiciones fantásticas para producir tintos de alta gama.” Así lo asegura Patricio Reich (h), Gerente de ventas y marketing de Renacer, una de las bodegas argentinas que mejor ha sabido demostrar el potencial de los vinos de este lado de los Andes, y hacérselo conocer al mundo entero en cada sorbo.
Teniendo usted la experiencia de trabajar con vinos tanto en Chile como en Argentina, ¿qué diferencias percibe entre unos y otros? Las diferencias vienen básicamente por el terroir de cada área. Por ejemplo, en algunas zonas de Chile cercanas al océano, donde hay un factor de humedad, vientos cálidos y amplitud térmica marcada, se producen condiciones ideales para desarrollar vinos blancos, como Chardonnay o Sauvignon Blanc. Otras zonas de Chile son ideales para los tintos, como el Carménère o el Merlot. Lo importante es reconocer que cada zona tiene un potencial para cada cepa.
¿Cómo cree que las bodegas en Chile podrán recuperarse luego de las lamentables pérdidas causadas por el sismo? Chile es un país que se va a recuperar rápidamente. Tenemos la fuerza y el empuje para lograr superar estas barreras que nos impone la naturaleza. La industria vitivinícola sufrió graves daños, pero es el momento para replantearse el negocio, volver a construir y planear mejor.
Recuerdo el momento en el que se dio a conocer la etiqueta del Punto Final, la cual llamaba poderosamente la atención por su diseño. ¿Cómo surgió esa idea? Quisimos innovar y romper un poco con tendencias clásicas de etiquetas planas y generalmente blancas. Necesitábamos que el consumidor se sintiera atraído hacia nuestros vinos, que levantara un Punto Final de la góndola, leyera la etiqueta y le despertara curiosidad. Fuimos una de las bodegas pioneras también en usar una cápsula de dos colores, y notábamos que las descripciones de la mayoría de los vinos estaban siempre en las contraetiquetas… pero ¿por qué no adelante? Así fue como pusimos todos los descriptores en el frente.
Cambiando el tema, ¿por qué decidieron que el primer vino blanco de la bodega sea un Sauvignon Blanc y de Chile? Porque nuestra filosofía es entregar al consumidor lo mejor de cada terroir: tintos de Argentina y blancos de Chile. Con esto no quiero decir que los blancos argentinos no tengan gran potencial, sino que solamente se observan diferencias dadas por los factores climáticos y de suelo de cada zona, que producen diferencias en el producto final.
¿Cómo surgió la idea de importar el clásico método de appassimento italiano para dar vida al “Enamore”? Se debe a que Marilisa Allegrini, de la bodega italiana Allegrini, es muy amiga de nuestra familia, y en uno de sus viajes a Mendoza sugirió aplicar la técnica del appassimento en las cepas argentinas. Debido a que Mendoza tiene una humedad baja y temperaturas altas, podíamos lograr una deshidratación de las uvas en forma natural, sin la necesidad de ventiladores ni galpones acondicionados y, sinceramente, los resultados fueron increíbles.