Porto es una ciudad exquisita, repleta de historias que se conjugan con una grandiosa selección de, quizás, los vinos más increíbles que jamás haya tenido la suerte de probar. Un diario de viajes bien explorador.
Los vinos de Porto son los más imitados del mundo. Eso hizo no solo que sea la primera DOC del planeta sino que, además, esos raros vinos dulces portugueses lograron una fama sin igual. Justamente allí, las bodegas que se dedican a su fabricación se disputan cuál tiene la capacidad de hacer el oporto más longevo. Por eso hoy nos vamos a sumergir en un delicioso combate para encontrar el oporto más viejo del mundo.
Esta historia comenzó en Lisboa, en mi primer día de visita cuando, de paseo por la ciudad, vi una antigua vinería con botellas de Oporto o, al menos, era eso lo que me pareció ver detrás de la gruesa capa de polvo que las cubría. Claro, si hasta el dueño de la vinoteca había colgado un anuncio que imploraba “Prohibido quitar la tierra de las botellas”. De todas, una databa del año 1900… casi 110 años de historia contenido ahí, esperando a que alguien la llevara. Alguien que, como me dijo el vendedor, ‘la única condición para poder comprarla es que tenga dinero’; todos opinaríamos lo mismo después de ver el cartelito de 1.500 euros colgado de un lado.
Al día siguiente emprendía el viaje a Porto, pero ya desde ese día, en Lisboa, supuse que lo que estaba por descubrir iba a ser inolvidable. Y aún no tenía idea de lo que estaba por llegar. Más allá de que el cultivo de las vides se realiza hacia el Este, sobre las laderas del Duero, las bodegas se establecieron en Vila Nova de Gaia, ciudad ubicada justo en frente de Porto, por una simple cuestión de cercanía con el puerto.
Allí recorrimos muchas bodegas en busca de los Oportos más antiguos, cosechas realmente antiguas como la que encontramos en la “Azeitoneira do Porto”: el Quinta Loureiro Colheita 1871. La tarea fue ardua (varias degustaciones de por medio), pero finalmente llegamos a lo que buscábamos: en Cavas Ferreira nos contaron que el oporto más viejo del mundo existía, y había sido elaborado por la bodega Kopke; su cosecha data del año 1638 pero es ese el único registro de su existencia: nadie conoce dónde está, quién lo posee ni si ya se ha descorchado. Solo nos queda la sabia sospecha que, quien lo tiene consigo, es alguien verdaderamente afortunado.
Si va de visita a Porto, no olvide caminar por las peatonales que bordean el Douro y hacerse un tiempo para disfrutar de un Vinho Verde, ese clásico vino blanco fresco y de marcadísima acidez. Les aseguro que acompañar una copa de estas etiquetas con algunos frutos de mar de la región y el maravilloso Río Duero a sus pies, es un momento para nunca olvidar.
Si va de visita a Porto debería aprovechar para disfrutar del Mateus Rosé, un clásico rosado del norte de Portugal. No es de gran calidad ni mucho menos, pero beberlo es disfrutar parte de la sabrosa historia de los vinos de la región.
Si va de visita a Porto no se le ocurra volverser sin visitar la “Azeitoneira do Porto”, en pleno centro de la ciudad y justo frente al río. Allí no solamente podrá ver una fantástica selección de los oportos más emblemáticos del país sino, además, probar algunos productos autóctonos como olivas, quesos y frutas.