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El vino en las islas más famosas del mundo

Explora las 5 islas más antiguas y prestigiosas en la producción de vino. Desde Santorini hasta Tasmania, descubre cómo sus terroirs únicos y tradiciones vinícolas han conquistado el mundo.

Algunas islas del mundo no solo son destinos de ensueño, sino también el hogar de vinos excepcionales que reflejan siglos de historia, tradición y una conexión única con la tierra.

La combinación de factores como suelos volcánicos, climas moderados y vientos marinos da lugar a terroirs inimitables que producen vinos de altísima calidad. Estas 5 islas no solo lideran por su legado, sino por ser referentes indiscutibles en el mundo del vino.

Acompáñanos en este viaje por los paisajes, varietales y secretos de estos mágicos paraísos insulares.

 

Santorini (Grecia): vinos blancos del suelo volcánico

Santorini es un milagro del volcán. Sus suelos, ricos en ceniza volcánica y piedra pómez, retienen poca agua, forzando a las vides a desarrollar raíces profundas en busca de humedad. La brisa marina y el intenso sol mediterráneo aportan un carácter inconfundible a sus vinos.

Varietales y características:

Assyrtiko: la uva reina de la isla. Sus vinos son secos, con alta acidez, marcadas notas minerales y un sutil toque salino que evoca al mar.
Vinsanto: un vino dulce elaborado con uvas secadas al sol, famoso por sus sabores de miel, higos y caramelo, equilibrados con una acidez vibrante.

Los viñedos de Santorini se cultivan en forma de “canasta” (kouloura), una técnica tradicional que protege las uvas de los fuertes vientos y del sol abrasador.

 

Sicilia (Italia): tradición y modernidad en un terruño volcánico

Sicilia combina la riqueza volcánica del monte Etna con suelos calcáreos y arenosos. Su clima cálido es moderado por la influencia marina, lo que permite una maduración lenta y equilibrada de las uvas.

Varietales y características:

Nerello Mascalese: un tinto elegante y complejo del Etna, con aromas de frutas rojas, hierbas mediterráneas y toques minerales.
Carricante: una uva blanca autóctona que produce vinos frescos y vibrantes, con notas cítricas y de manzana verde.
Marsala: vino fortificado de fama mundial, con sabores de nueces, caramelo y especias.

Sicilia es un crisol de influencias culturales (griegas, romanas, árabes) que se reflejan en su diversidad vinícola. El monte Etna, en particular, es un epicentro de vinos frescos y minerales, un contraste perfecto con los tintos más robustos del resto de la isla.

 

Madeira (Portugal): vinos eternos del Atlántico

Madeira, una isla volcánica en el Atlántico, ofrece suelos ricos en nutrientes y una topografía empinada que permite diferentes microclimas. Las viñas se cultivan en terrazas, conocidas como “poios,” para maximizar el espacio en las laderas.

Varietales y Características:

Sercial: un vino seco con alta acidez, perfecto como aperitivo.
Verdelho: medio seco, con sabores de frutas tropicales y un toque salino.
Malmsey: el más dulce, con notas de miel, pasas y caramelo, equilibrado por una vibrante acidez.

Los vinos de la isla mágica de Madeira son únicos gracias a su proceso de envejecimiento llamado estufagem, que simula condiciones de calor extremo, otorgando a los vinos una increíble longevidad y complejidad.

 

Islas Canarias (España): la magia de la viticultura volcánica

Las Canarias, especialmente Tenerife y Lanzarote, tienen un paisaje casi lunar. Los suelos volcánicos oscuros y el clima cálido, moderado por los vientos alisios, crean condiciones excepcionales para la viticultura.

Varietales y Características:

Listán Negro: produce tintos ligeros y especiados, con un carácter terroso y toques de frutas rojas.
Malvasía Volcánica: una variedad blanca que da vinos aromáticos, con notas de flores, frutas tropicales y una mineralidad característica.

En Lanzarote, las vides se cultivan en hoyos protegidos por pequeños muros de piedra, una técnica que las resguarda del viento y conserva la humedad. Este método artesanal resulta en vinos con una identidad única.

 

Tasmania (Australia): elegancia en el Nuevo Mundo

Tasmania, la isla más austral de Australia, tiene un clima fresco que favorece la producción de vinos delicados. Sus suelos ricos en nutrientes y la proximidad al océano aportan frescura y acidez natural a sus vinos.

Varietales y Características:

Pinot Noir: los tintos son elegantes y complejos, con notas de cereza, frambuesa y un toque terroso.
Chardonnay: fresco y estructurado, con sabores de frutas cítricas y tropicales, y un final mineral.
Espumantes: de altísima calidad, comparables con los de Champagne, gracias al clima frío.

Tasmania es reconocida como el corazón del Pinot Noir en Australia, con vinos que combinan el carácter del Viejo Mundo con la precisión del Nuevo Mundo.

 

Estas cinco islas representan lo mejor de la vitivinicultura mundial, combinando paisajes mágicos, técnicas tradicionales y una extraordinaria calidad en sus vinos. Cada copa de sus vinos cuenta una historia, una que habla de su suelo, su clima y la pasión de sus vinicultores.

 

En el podcast tengo un epsisodio en el que te cuento sobre los vinos de Tasmania.

 

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