Es tiempo de fresquito, bueno para refugiarnos en las ollas y darle duro y parejo a las pastas, los guisos, esas sopas energéticas y platos cargados de especias. Un tinto va bárbaro, claro, pero también hay aliados perfectos en el universo de la espuma. Vení que te cuento.
Basta con eso de que la cerveza es para la pizza o la picada, y pará de contar.
En los últimos meses, la explosión de la cerveza artesanal, en la góndola y el bar, abrió un abanico interminable de estilos que democratizan el asunto y que demuestran que todavía tenemos un enorme camino por recorrer.
Imaginarse una pizza de mozzarella con una Imperial Stout es complejo, digamos, porque cuando tenemos una cerveza que rompe todo esquema, el plato debe necesariamente estar a su nivel. De eso se trata esto del maridaje, así que vamos a ir por partes.
Arranquemos por las pastas que, ya de por sí, son un mundo en sí mismo. Rellenas o no, a veces la clave está en la salsa que las acompaña. Unos fideos caseros con salsas livianas de tomate y albahaca se vinculan directo con cervezas refrescantes y aromáticas como cualquier American Pale Ale; pero si la salsa se hace más compleja y subís la apuesta con una carbonara, ahí buscá una Brown Ale o alguna Dubbel.
Para los platos que tienen el foco puesto en las especias (como los de la cocina mexicana, tailandesa o china), necesitamos algo refrescante y amargo. Las IPA, obvio, se llevan todos los premios, aunque las alemanas de trigo pueden ser una buena alternativa.
El cerdo tiene en las versiones más dulces de Stout a su compañera ideal. Una bondiola agridulce (clásico de clásicos) puede ir perfecta con la Foreing Extra Stout de Guinness, por ejemplo, o alguna Oatmel Stout. Tampoco desentonan las cervezas de trigo oscuras.
Una sugerencia más: para un guiso de lentejas o de mondongo, podríamos animarnos a una ahumada o bien fuerte de los estilos Imperial Stout o Baltic Porter.
¿Y para el asado? Una Doppelbock sería buena (hoy podés conseguir en la góndola la Paulaner Salvator), pero también alguna Porter, cervezas fuertes y oscuras belgas (LaTrappe Dubbel y Quadrupel, por ejemplo) o alguna Scottish potente.