Esta vez, en ‘Miércoles de cervezas’ les presentamos cinco etiquetas distintas y fáciles de conseguir para empezar a andar el magnífico camino de las espumas.
Por Marcelo Braga, propietario de Nuevo Origen Microcervecería
Paulaner Heffe Weissen, de Alemania // Para comenzar con algo distinto, ¿qué mejor que una cerveza de trigo? Explota con aromas y sabores totalmente diferentes a lo que uno está acostumbrado. De color naranja y turbia, en nariz enseguida resaltan los dos principales aromas de estas cervezas: banana y clavo de olor (ese que uno siente cuando va al dentista). En boca es levemente ácida y su alta gasificación la hacen muy refrescante. Ideal para tomarla como aperitivo.
Leffe Blonde, de Bélgica // Esta cerveza es una de las mejores opciones para comenzar con las complejas cervezas de abadía. De color bronce y una espuma blanca y cremosa, los aromas dulces que las caracterizan provienen de las maltas, y los toques especiados son propios de las levaduras belgas. Siempre me recuerda a los quinotos del árbol que había en mi casa cuando era chico. Amargor leve, solo para darle equilibrio, y cuerpo bastante ligero la hacen una cerveza fácil de tomar pese a sus 6,6% de alcohol. Mi maridaje ideal sería con unos langostinos a la plancha o bien con alguna picada con quesos aromáticos.
Antares Porter, de Argentina // Esta representación del clásico estilo inglés tiene todo lo que les podemos pedir a su estilo: aromas a maltas tostadas y algún toque chocolatoso y láctico (manteca). Esta ale no pasa inadvertida en boca, dejando gusto a aceitunas negras. Una buena opción para meternos en el mundo de las cervezas negras porque, sin ser demasiado compleja, cumple. Fantástica para maridar con un plato calórico como guisos o una buena buseca.
Köstritzer Schwarzbier, de Alemania // Hay pocas cervezas lagers negras disponibles en nuestro mercado. Ésta posee una complejidad que difícilmente encontremos en una cerveza de tan baja graduación alcohólica (apenas 4,8%). De color casi negro y una espuma increíblemente cremosa y abundante, tiene aromas frutados y un toque de di acetilo (ese aroma de los pochoclos con manteca del cine… ¿les suena?). En boca es muy fácil de tomar, de cuerpo liviano, final seco y con un retrogusto levemente amargo. Ideal para después de una cena contundente o para probar con algún postre. Además, se consigue fácil en varios supermercados.
Otro Mundo Strong Red Ale, de Argentina // Una cerveza compleja e interesante. Con toques mantecosos y a miel en nariz, su cuerpo es denso y sus sabores dulces hacen de esta cerveza una opción ideal para acompañar postres o bien para disfrutarla en una sobremesa. Mi recomendación: tomarla más bien tibia (cerca de los 12°C), porque más fría nos perderíamos una buena batería de aromas.