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¿Qué es el mildiu?

El mildiu acecha los viñedos de Francia y el mundo, fortalecido por el cambio climático. Esta nota revela cómo este hongo histórico pone a prueba la industria del vino y qué estrategias emplean los viticultores para salvar cada botella. Una historia de resistencia que todos deberían conocer.

Si alguna vez has brindado con un elegante Pinot Noir o un robusto Cabernet Sauvignon, probablemente no estabas pensando en el mildiu. Sin embargo, este hongo discreto ha estado rondando los viñedos del mundo desde hace más de un siglo, desafiando a viticultores, enólogos y amantes del vino por igual. En Francia, cuna de algunos de los vinos más icónicos, el mildiu ha escrito capítulos oscuros en la historia vitivinícola, y hoy, con el cambio climático amplificando su amenaza, está más presente que nunca. ¿Cómo afecta este intruso a tus botellas favoritas? ¿Qué podemos aprender de él y de las plagas que lo precedieron? Prepárate para un recorrido por los viñedos, donde la lucha contra el mildiu revela la resiliencia del vino.

 

¿Qué es el mildiu y por qué te importa?

El mildiu de la vid, causado por el oomiceto Plasmopara viticola, no es un hongo cualquiera. Originario de América del Norte, llegó a Europa en la década de 1870 y desde entonces se ha convertido en un adversario temido en regiones como Francia, España e Italia. Imagina un viñedo en plena primavera: de pronto, manchas aceitosas surgen en las hojas, y en el envés aparece una pelusilla blanca que pronto se extiende a brotes y racimos. Ese es el mildiu, un oportunista que prospera con humedad y temperaturas suaves.

Para los enólogos, entender esta plaga es esencial. Puede arrasar hasta el 50% o más de una cosecha y alterar la calidad de las uvas sobrevivientes, dejando vinos desequilibrados o ácidos. Con el cambio climático trayendo primaveras más húmedas, el mildiu no es solo un problema del pasado: es una preocupación actual para el futuro de tu copa.

 

 

Francia: el epicentro histórico del mildiu

Si hay un lugar donde el mildiu dejó huella, es Francia. Tras la devastación de la filoxera en el siglo XIX, los viticultores galos apenas se estaban recuperando cuando este hongo irrumpió en escena, traído accidentalmente con vides americanas. Regiones como Burdeos, con su clima húmedo y templado, se convirtieron en un campo de batalla. En el siglo XIX, las pérdidas fueron catastróficas, y hoy, el mildiu sigue siendo una amenaza constante.

En 2023, por ejemplo, los productores de Burdeos reportaron un aumento del 20% en los ataques de mildiu, impulsados por lluvias primaverales intensas, un efecto directo del cambio climático. Para un enólogo o un vinotequero que curan selecciones de vino francés, esto no es solo una estadística: es un recordatorio de que cada botella cuenta una historia de lucha y adaptación.

 

El cambio climático: el nuevo aliado del mildiu

Hablar de vino en 2025 sin mencionar el cambio climático es imposible. Las temperaturas más cálidas y las lluvias impredecibles están creando condiciones ideales para el mildiu. La “regla de los tres 10” —brotes de 10 cm, 10 mm de lluvia y 10 °C— se cumple con más frecuencia, incluso en zonas antes menos vulnerables, como Mendoza o Toscana.

Un caso concreto: un estudio de la Universidad de Bordeaux en 2024 mostró que las infecciones primarias del mildiu se adelantaron dos semanas debido a primaveras más cálidas. Para los sommeliers que buscan narrar la historia de un vino o los emprendedores que invierten en etiquetas sostenibles, esto implica un desafío: el mildiu podría cambiar el perfil de tus botellas favoritas, desde un Chardonnay menos cremoso hasta un Malbec más herbáceo.

 

El mildiu y sus antecesores: una historia de plagas en el mundo del vino

Lo cierto es que el mildiu llegó para quedarse y, con el cambio climático en juego, su presencia será cada vez más agresiva. Pero no es la primera vez que el mundo del vino enfrenta una plaga que pone en jaque la producción. Les cuento sobre estas joyitas de la historia que dejaron cicatrices y lecciones imborrables:

Filoxera (siglo XIX): el terror subterráneo

A fines del siglo XIX, un insecto diminuto, la filoxera (Daktulosphaira vitifoliae), devastó los viñedos europeos al alimentarse de las raíces de las vides. Francia perdió más del 70% de sus cultivos, y regiones como Burdeos quedaron al borde del colapso. La solución fue ingeniosa: injertar variedades europeas en raíces americanas resistentes. Hoy, casi todas las vides del mundo son un legado de esa crisis, un ejemplo de cómo el vino transforma la adversidad en innovación.

Oídio (1850 en Europa): el polvo blanco que cambió las reglas

Antes del mildiu, el oídio (Uncinula necator), otro hongo, cubrió de pánico los viñedos europeos en 1850. Este polvillo blanco arruinaba uvas y dejaba cosechas inservibles. Francia, una vez más, fue golpeada, pero la respuesta fue simple y efectiva: azufre en polvo. Esta técnica, aún vigente, marcó el inicio de la lucha química contra las plagas y demostró que las soluciones prácticas pueden perdurar siglos.

Lobesia botrana: La polilla del racimo

La Lobesia botrana es una polilla moderna que ataca los racimos, perforando las uvas y abriendo la puerta a hongos secundarios. En regiones como Bordeaux o Mendoza, puede reducir cosechas en un 30%. La solución actual usa feromonas para confundir a los machos y frenar la reproducción, una alternativa sostenible que evita pesticidas. 


Estas plagas, junto al mildiu, nos recuerdan que el vino siempre ha peleado con la adversidad. El cambio climático podría potenciarlas aún más, pero también despierta la creatividad de quienes lo producen.

Afortunadamente, el mildiu no tiene la última palabra. Viticultores de todo el mundo, desde pequeños productores hasta grandes bodegas, están perfeccionando tácticas para mantenerlo a raya. Estas son algunas de las técnicas que usan para frenarlo:

  • Limpieza: retiran restos vegetales en invierno para reducir las oosporas del mildiu.
  • Ventilación: usa podas y espalderas que eviten la humedad atrapada.
  • Monitoreo: herramientas para predecir brotes según el clima.


También están innovando con drones que detectan infecciones, modelos de IA y variedades resistentes que están transformando la viticultura. En Borgoña, algunos viticultores han reducido los químicos en un 30% gracias a estas innovaciones.

Para los amantes del vino, el mildiu no es solo un problema agrícola; llega hasta la botella. Si arrasa los racimos antes del envero, los rendimientos caen y los precios suben. Si las uvas sobreviven dañadas, el equilibrio entre acidez, azúcar y taninos se altera. Un Bordeaux podría volverse más verde; un Sauvignon Blanc, menos fresco. 

El mildiu, como la filoxera, el oídio y la Lobesia botrana, es un capítulo más en la resiliencia del vino.

 

¿Querés saber cómo la filoxera casi acaba con el vino europeo y dio origen a las vides modernas? No te pierdas este episodio del podcast, ¡te va a sorprender!

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Mariano Braga

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