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Vin de Constance: el tesoro de Sudáfrica

El  Vin de  Constance, originario de Sudáfrica, es un verdadero tesoro escondido con siglos de historia. Desde las antiguas bodegas de Constantia hasta el renacimiento de los icónicos vinos dulces, esta bebida tiene una historia fascinante que te invitamos a descubrir.

Constantia es el epicentro de la vinificación sudafricana, una región que cuenta con una rica tradición vinícola desde el siglo XVII. Fue fundada por Simon van der Stel, el primer gobernador holandés del Cabo, quien en 1685 plantó las primeras vides en lo que hoy es Groot Constantia Estate, una de las fincas más importantes de Sudáfrica.

Durante los siglos XVIII y XIX, el vino de Constantia se convirtió en un verdadero símbolo de lujo, conocido como Constantia Wyn (vino en afrikáans). Era la bebida preferida de la realeza y aristocracia europea, incluidas figuras como Napoleón Bonaparte, quien lo bebió durante su exilio en la isla de Santa Elena, y Charles Dickens, que lo mencionó en sus escritos.

Hoy, la finca Groot Constantia sigue siendo un ícono vinícola, aunque su historia se complementa con el auge de nuevas bodegas como Klein Constantia, que recuperó la tradición de los vinos dulces con el lanzamiento del célebre Vin de Constance.

 

El Sabor y la Singularidad del Vin de Constance

Lo que hace único al Vin de Constance es la combinación de tradición, historia y la uva Muscat de Frontignan, que se utiliza en la elaboración de estos vinos dulces. A lo largo de los años, este vino ha evolucionado sin perder su esencia. Aquí te contamos las características más destacadas del Vin de Constance:

  • Dulzura natural: aunque es un vino dulce, su equilibrio con la acidez lo hace refrescante, sin ser empalagoso.
  • Aromas complejos: frutas tropicales, miel y florales, con un toque especiado, lo que lo convierte en una experiencia sensorial única.
  • Textura sedosa: con una suave y elegante estructura en boca, este vino deja un final largo y placentero.

 

¿Por qué probar el Vin de Constance?

El Vin de  Constance es una joya vinícola que fue apreciada durante siglos, y hay muchas razones para disfrutarlo. Aquí te damos algunas:

Un legado histórico: probar un vino de Constantia es beber parte de la historia. Con siglos de tradición, este vino fue testigo de momentos cruciales de la historia mundial.
Ideal para maridar postres: perfecto para acompañar postres con frutas o chocolate, o incluso una tabla de quesos curados.
Un regalo exclusivo: Constance es una elección que nunca falla, su sofisticación y prestigio lo hacen un obsequio memorable.
Reconocido internacionalmente: el Vin de Constance recibió altísimos 97 puntos por la cosecha de 2007, lo que lo convierte en uno de los vinos dulces mejor calificados del mundo.

 

Un Renacimiento Moderno

Aunque los famosos vinos dulces de Constantia casi desaparecieron después de la devastación de la filoxera en el siglo XIX, la tradición se rescató en las últimas décadas. A finales del siglo XX, Klein Constantia revivió el Vin de Constance, que rápidamente se convirtió en un referente global. Desde entonces, la bodega ha mantenido el legado de este vino icónico, mientras que otras propiedades como Groot Constantia y Buitenverwachting también han lanzado sus propias versiones de vinos dulces basados en la misma uva, Muscat de Frontignan.

El renacimiento de estos vinos demuestra que la historia de Constantia está lejos de terminar. A medida que nuevas generaciones de enólogos continúan perfeccionando el arte de producir estos vinos, Constantia sigue siendo un símbolo de calidad y tradición.

Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, también es un hermoso destino para hacer enoturismo. Conocé  más en «Stellenbosch y los vinos de Sudáfrica».

 

En el podcast:  qué lo hace especial, su historia, Mandela y mucho más.

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