El potencial de guarda de un vino hace referencia a las cualidades que tenga un vino de envejecer adecuadamente. Después de este proceso de mantenerlo en botella, vamos a buscar que mejores y se vuelva más complejo, sobre todo en sus aromas y boca. Acá te explico todo en detalle.
Hablar del potencial de guarda de un vino está hoy de moda. La tendencia de guardar y no abrir es histórica, pero es importante saber, ante todo, que no todos los vinos están destinados a envejecer. De hecho, es importantísimo saber que la enorme mayoría de los vinos cotidianos que encontramos en las estanterías no mejorarían con el tiempo; de hecho, podrían perder más de lo que ganarían. Eso te lo contaba en esta nota sobre Los peligros de guardar vinos.
¿A cuánto puede envejecer un vino?
El potencial de guarda de un vino es una cuestión compleja y lo sabemos, en el mundo del vino, no hay respuestas únicas. En esta entrevista que le hice a Michel Rolland para nuestro podcast MUCHO RUIDO MUCHAS NUECES, Michel contaba la perspectiva francesa, donde la tradición de tomar vino viejo es un mantra.
Sin embargo, la realidad es que la vida útil de un vino varía, y saber cuánto puede envejecer implica entender el equilibrio entre la rugosidad inicial y la suavidad deseada. Dejame explicarte.
El ciclo de vida del vino: nace, crece, desarrolla y, eventualmente, muere
Cada botella de vino sigue un ciclo de vida similar al de cualquier organismo vivo. Desde su creación hasta su punto alto, el vino experimenta una fase de madurez en la que alcanza condiciones óptimas para ser disfrutado (dame un ratito que ya te explico esto de “óptimas”). Sin embargo, superado este punto, el vino puede declinar, perdiendo sus características distintivas, sobre todo apagándose a nivel acidez.
Entonces, para tirar algunas líneas genéricas de lo que le sucede al vino a medida que pasa el tiempo. A anotar:
- Habrá cierta evolución de sus taninos, esos compuestos que aportan astringencia. Básicamente, tienden a suavizarse con el tiempo, haciendo que el vino adquiera una textura más sedosa y menos rugosa.
- Los compuestos aromáticos también cambian, perdiendo algo de la juventud de sus aromas primarios (flores, frutas y demás) y ganando en notas terciarias (hongos, encierro, especias).
- Habrá una integración interesante entre ácidos y azúcares, que se produce gradualmente. El famoso “equilibrio”.
- Reducción de la acidez. Es decir, la acidez punzante, muy común en vinos jóvenes, tiende a disminuir con el tiempo.
- También pueden desarrollarse sedimentos, es decir, influyendo en su textura, dándole mayor suavidad.
Hay más, sí, y podríamos explicarlo mucho más técnicamente. Pero para esta nota es suficiente.
El precio como indicador: ¿más caro, más se guarda?
La regla general de “más caro, más se guarda” es casi un #MeLoDijoBraga, y da una buena guía (sabiendo siempre que cada vino es único, repito). Investigar en la página web de la bodega o consultar al enólogo en su cuenta de Instagram pueden ofrecer pistas sobre el potencial de guarda de una botella específica.
Pero también es importante entender esa curva… quizás este audio te pueda ayudar:
¿Cómo descubrir entonces el potencial de guarda de un vino específico?
La pregunta del millón y, aunque no hay una fecha de caducidad precisa para el vino, tener información directa del enólogo o de la bodega nos puede dar un indicador del tiempo óptimo para disfrutar de esa botella específica.
En última instancia, el potencial de guarda de un vino termina siendo algo subjetivo. Yo defiendo entonces la idea de que más vale pecar de menos que de más, para evitarnos dolores de cabeza. Recordemos, bebedores seriales de mi corazón, que la magia del vino no está solo en su capacidad para envejecer, sino sobre todo en la experiencia compartida. Así que a disfrutar, siempre, siempre.