corcho

Corcho o nada

Corcho, corcho, corcho. Seguro lo escuchaste: para vinos de calidad, no hay otra opción… si hay rosca o tapón sintético, juegan por un segundo puesto. ¿Eso es tan así?

Primero, algunos datos fresquitos:

  • Hoy, 7 de cada 10 vinos que se venden en el mundo siguen siendo tapadas con corcho.
  • Cada tapón de corcho tiene 800.000.000 de células con memoria elástica. Si uno comprime el corcho por años (como está comprimido en una botella de vino antigua, presionando sobre los bordes del vidrio para evitar el ingreso de aire), automáticamente al descorcharlo volverá a su formato natural. Esa elasticidad es la que sirve de base de «inspiración» para los tapones alternativos/sintéticos.
  • Recién a los 25 años del árbol se hace la primera cosecha de corcho (que es, básicamente, quitarle su corteza), pero esa cosecha no es lo suficientemente buena para usar comercialmente. Por ley, entonces, se tienen que esperar otros 9 años para volver a tocar esa planta… segunda cosecha, tampoco buena. A esperar otros 9 años. Y ahí sí.
  • Portugal es el principal país productor de corchos (hoy representa el 34% del total mundial). Luego, España, Francia, Italia, Argelia, Túnez y Marruecos; también hay bosques en Estados Unidos (puntualmente en California), Chile y Australia, aunque en menor medida.

Esta información sale de esta entrevista Cork with Carlos de Jesus en GuildSomm Podcast, que se las súper recomiendo escuchar.

 

Desde que las alternativas al corcho natural empezaron a copar los picos de las botellas, muchos le dieron rienda suelta a ese mito: los tapones sintéticos o las tapas a rosca solo indican una menor calidad en el vino. Si esos vinos son buenos, entonces necesariamente deben sellarse con un tapón natural elaborado con la corteza del alcornoque. ¿Realmente es así?

Digamos que por estos días, el mundo de los tapones se divide más o menos así: un 70% de las botellas de vino están selladas con corcho natural, y el otro 30% le pertenece a las alternativas sintéticas (con las tapas a rosca en ascenso). Son datos indicativos porque, por ejemplo, en Nueva Zelanda más del 75% de las botellas lleva alguna alternativa al alcornoque.

 

Pros y contras del corcho

Cada sistema de taponado se adapta mejor a un estilo de vino, podríamos decirlo así. Por ejemplo, los corchos de mala calidad suelen presentar problemas como el TCA (típico olor a corcho). Para que este tema no exista, un tapón sintético o una tapa a rosca son buenas soluciones (el TCA puede venir de otras fuentes, pero aún así evitaríamos un factor de riesgo).

¿Entonces por qué algunas bodegas optan por esos corchos chiquitos de aglomerado, que se desarman y suelen llegar a la mesa ya manchados? Hay una única explicación, y está enroscada a este mito: el consumidor piensa que éstos, aunque sean de mala calidad, son mejores que los sintéticos. Y eso sí que no es correcto.

 

¿Entonces?

La principal bondad del tapón de alcornoque es que, al ser un material poroso, permite un pequeñísimo intercambio de oxígeno entre el vino y el exterior. Esto hace que determinadas etiquetas mejoren con los años; ojo, son solo algunas que, de hecho, son justamente las excepciones. Por eso, en tintos longevos que durarán muchos años en botella, el corcho sigue siendo la mejor opción.

Pero en una porción mayoritaria de los vinos que nosotros solemos beber a diario, es probable que sea preferible una screw cap o un cierre plástico antes que un corcho malo.

 

6 puntos clave del corcho para resumir

– No le tengas miedo a los tapones alternativos. De verdad que no, a sacarse esa idea de la cabeza.

– Mejor que un corcho malo es una alternativa sintética.

– Se sigue recomendando el corcho de alta calidad (carísimo, él), para vinos de alta gama.

– Tintos en tapa a rosca están muy bien. Sin miedo a comprarlos.

– Muchas de las ideas, mitos y preconceptos tienen que ver más con el bebedor serial y nuestra tendencia al tradicionalismo que a una realidad.

– En blancos y rosados que el enólogo pensó para tomarse rápido, una screw cap es incluso mejor que un corcho.

 

¿Vos cómo te llevas con la idea del corcho y sus alternativas? ¡Te espero en los comentarios!

Si te gustaría conocer muchos más consejos para comprar vinos, te invito a que veas este artículo en el blog.

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9 comentarios

  1. Hola mariano! Que pasa con los corchos de taparosca que cuando los abrís tienen un líquido amarillo – café como oxididado.

    Me ha pasado con 3 vinos diferentes de una sola distribuidora… ¿Será que los almacenan en un lugar con mucho calor?

    Dos de esos tres vinos sabían bien a pesar de que la taparosca estaba » sucia» el tercer vino estaba muy muy malo

    1. Rebeca! Sí, ahí lo que tenés es que se ha filtrado vino a través de la tapa y, por eso, termina oxidándose el líquido y vos lo ves con ese color café.
      Si te sucedió con 3 vinos diferentes que tenían el mismo origen lo más probable es que no sea responsabilidad de cada bodega y una falla en el embotellado, y puede ser más posible que el tema venga de la guarda. Algún cambio brusco de temperatura… sí, es muy probable.
      La verdad es que la tapa a rosca como opción es súper buena, así que no me quiero imaginar los vinos tapados con corcho de esa misma distribuidora jejejeje

    2. Si supieras… Recién di una cata con esta distribuidora y me salieron 6 vinos blancos recontra oxidados fatales .. Les hice la observación de la temperatura… Ojala hagan algo

  2. Prefiero una y mil veces la tapa a rosca. Por comodidad. Cierre. Podes guardar la botella en heladera, acostada, parada. Me parece lo mejor. Inclusive para trasladar esa botella una vez abierta.

  3. Excelente aclaración Braga, ni que nombrar hay vinos caros de Australia por ej como cierre a rosca. Por más vinos con cierres alternativos que mejoran la experiencia!

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